Ecoperiodismo

La campiña: un hábitat humanizado esencial para las aves

Entrevista a Juan Jose Negro, biólogo e investigador de la Estación Biológica de Doñana

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
04 abr 2021 / 04:46 h - Actualizado: 04 abr 2021 / 04:00 h.
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  • La campiña: un hábitat humanizado esencial para las aves

Juan José Negro, licenciado en Biología por la Universidad de Sevilla en 1987 y doctorado en 1991, es uno de los científicos con más prestigio de Andalucía. Inició sus trabajos en Montreal, Canadá, en la Universidad McGill y posteriormente fue director de la Estación Biológica de Doñana entre 2012 y 2015. Su investigación aborda cuestiones sobre la ecología evolutiva y biología de la conservación.

-Estamos en Montalbán, en pleno paisaje de campiña en Córdoba, rodeados por cultivos de cereal. Una persona profana en la materia podría pensar que este no es el ecosistema ideal para estudiar aves, pero no es así.

-En efecto, los paisajes de campiña son sobre todo ricos en avifauna, pero hay además otras especies como mariposas u otros insectos. Pero desde luego la presencia de aves es muy importante para la biodiversidad en estos espacios. Los aláudidos (Alaudidae), una familia de aves perteneciente al orden de los paseriformes, que prácticamente sólo los podemos encontrar aquí y muchas de estas aves ya se encuentran en peligro, por lo tanto estos hábitat son fundamentales para que estas especies continúen con nosotros.

-¿Se podría decir entonces que estos espacios agrarios son un ecosistema beneficioso para las aves?

-Son paisajes humanizados y eso hace que la supervivencia de estas especies esté muy ligada al ser humano en estos hábitats agrarios.

-¿Qué especies singulares pueden observarse en estas zonas de cereal?

-Hay rapaces como cernícalo primilla, aguilucho cenizo, cernícalo vulgar; otras especies como mochuelos, lechuzas... todas estas especies tienen en este hábitat su lugar preponderante en la península Ibérica.

-¿Qué amenazas se ciernen en estos momentos sobre las aves de la campiña?

-Las aves esteparias que viven en estos paisajes de campiña, tienen en estos momentos varias amenazas o problemas que están surgiendo en la “modernidad”, porque antes se cultivaba de otra manera; me refiero por tanto a algunos modos de cultivo. Así, el uso de algunos pesticidas o herbicidas que se han hecho muy habituales, como el glifosato, es un problema para la supervivencia de estas especies porque mata la base del sustento de muchas de estas especies que se alimentan de insectos que a su vez necesitan cierta vegetación para sostenerse.

-¿Además del uso de pesticidas, hay algún otro problema destacable para la supervivencia de las especies de la campiña?

-Pues estamos ahora ante una amenaza inesperada que son las energías renovables. Desde el punto de vista ecológico se trata de un tipo de producción energética necesaria y los científicos que trabajamos en conservación de la biodiversidad no nos oponemos para nada a a ellas, de hecho las demandamos; pero también hay que reconocer que veces ocupan lugares que son fundamentales para las aves esteparias como lugares de nidificación, de apareamiento de especies tan importantes como la avutarda o el sisón, y por ello es esencial que se busquen emplazamientos idóneos. No cualquier sitio vale para poner placas fotovoltaicas y hay que estudiar antes de hacerlo sus impactos sobre la biodiversidad.

-Sobre todo porque hay especies muy vulnerables en estos paisajes de campiña.

-Así es. De hecho yo destacaría como más vulnerables sobre todo a los predadores apicales, es decir, aquellos que están en la cúspide de la cadena trófica. En este sentido hay que destacar las aves de presa con especies como el cernícalo primilla, que es colonial, y cría muchas veces en núcleos urbanos donde se llegan a agrupar muchas parejas en un mismo edificio, como por ejemplo la iglesia del pueblo o en un castillo. También es reseñable en la campiña la presencia del aguilucho cenizo, donde colonias de casi una docena de parejas se pueden agrupar en zonas de trigal donde sacan sus nidadas. Tampoco hay que olvidar que además de la aves, estos ecosistemas son importantes para mamíferos como el meloncillo, zorros, e incluso ya hay datos que demuestran la presencia de linces ibéricos que han dejado lugares más seguros como el Parque Nacional de Doñana y que se adentran en las campiñas porque todavía hay conejo en ellas. Es curioso que el conejo que tanto echamos de menos en Doñana se llega a considerar una plaga en otras zonas de cultivo donde proliferan con mucha facilidad y, evidentemente, el lince va tras ellos.