Ecoperiodismo

Las historias de la montaña

Desde muy joven, Rafael Flores trabajó en diversos sectores como el de la hostelería, el editorial o el del turismo activo, al que se dedica actualmente como gerente de la empresa RF NATURA; pero sobre todo es el autor de una veintena de libros relacionados con el senderismo. Su última obra es “Relatos montañeros”, una manera de hacer montañismo en tiempos del COVID

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
24 ene 2021 / 04:13 h - Actualizado: 20 ene 2021 / 14:19 h.
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  • Las historias de la montaña

-¿De dónde te viene esa pasión por escribir sobre el senderismo?

-De mi afición a la montaña y la fotografía devienen una veintena de publicaciones relacionadas con el senderismo y el medio ambiente en general. Representé durante 15 años al colectivo ecologista y la Federación Andaluza de Montañismo en la Junta Rectora del Parque Natural Sierra de las Nieves, al que me siento muy ligado. Igualmente fuí uno de los socios fundadores y presidente durante 12 años de la Asociación Senderista Pasos Largos, de Ronda. He sido ponente en numerosas jornadas, semanas culturales, ciclos y congresos. Igualmente ha dirigido o presentado algunos programas de temática ambiental en medios locales de comunicación.

-¿Qué tipo de libro es "Relatos montañeros"?

-Esta publicación nace como consecuencia del Estado de Alarma por COVID 19 y del consiguiente Decreto de confinamiento. En esos días publiqué en mi muro de Facebook fotos de mis montañas favoritas. La imagen se acompañaba de un escueto relato sobre los acontecimientos y anécdotas de la jornada, así como algunos datos de interés geográfico, histórico o etnológico. Ante el buen acogimiento por parte de los lectores propuse a editorial La Serranía publicarlos en formato libro. Poco después caí en la cuenta de que citaba a un buen número de amigos forjados en la actividad montañera y creí oportuno hacerles un pequeño homenaje por lo mucho que me han aportado en todos los planos. En resumidas cuentas, en un libro de entretenimiento, basado en los aconteceres de nuestras batallitas montañeras, sin más pretensión que hacer amena y divertida su lectura

-¿Qué va a encontrar un lector que se sumerja en su lectura?

-Hallará una treintena de crónicas montañeras divididas en las que tuvieron por escenario la Serranía de Ronda y la provincia de Málaga, Andalucía y, finalmente, el norte de España, Alpes y Marruecos. Entre relato y relato se insertan los capítulos dedicados a los colegas de las montañas. Los textos los hemos acompañado de un buen número de fotos para hacer más agradable la lectura. La narrativa tiene toda la impronta del momento vivido y no he puesto mucho interés en depurar el estilo. Supongo que los más ávidos lectores lo percibirán.

-¿Es un libro para montañeros, naturalistas y profanos urbanitas?

-Creo que tendrá interés para el público en general, ya que el lenguaje usado no es nada técnico y se ahonda en pensamientos personales, además de en múltiples curiosidades de tipo ambiental e histórico de las montañas visitadas.

-Te ha servido de 'terapia' este libro por no poder salir a la montaña durante el confinamiento?

-A una persona como yo, que necesitada respirar aire puro, el estar encerrado en casa tantos días seguidos se me hizo algo pesado. El estar un buen rato buscando fotos y recordando los acontecimientos de la montaña elegida, me vino de maravillas; no obstante, fui un afortunado porque al mes de confinamiento ya pude salir al monte, con un permiso especial, al estar trabajando en esos momentos para la Diputación Provincial de Málaga, en el mantenimiento de la Gran Senda de Málaga, el GR-249.

Las historias de la montaña

-¿Qué crees que hace de la montaña algo tan 'adictivo'?

-El ser humano, por naturaleza, suele marcar metas en su trayectoria vital. El subir, bajar o atravesar montañas es un símil de la vida, con momentos álgidos, bajos y de templanza. La montaña nos acerca a nuestro lado más humano y primitivo; al escenario donde se forjó la humanidad. Estamos muy desnaturalizados; por ello, mirar a la montaña, es mirarse en el espejo que nos devuelve a nuestra condición más pura y animal.

-¿Que aporta a una persona hacerse senderista?

-El senderismo es una actividad deportiva que permite llevar una vida saludable y reencontrarse con la Naturaleza. El senderismo es, igualmente, una actividad social que auspicia la comunicación entre nuestros semejantes, que fortalece la amistad, la cooperación y la solidaridad. El senderismo es el vehículo conductor para preservar tanto los caminos como el patrimonio asociado a los mismos. El senderismo nos retrotrae a tiempos pasados, a una sociedad que dejamos de ser hace tiempo y a la que tomamos aprecio y conciencia con la experiencias vividas en el medio que se desarrolla.

-¿Tu ruta favorita?

-Imposible tener una sola ruta favorita. Somos seres sensibles y las connotaciones del paisaje influyen bastante en el ánimo del senderista. Una ruta puede producir distintas sensaciones dependiendo de los elementos atmosféricos y de la condición del espíritu propio de ese día. Más que una ruta, podría decirte una situación favorita; en ese caso te diré que me encantan los días de niebla y con tormenta en la fragosidad de un pinsapar.

-En tu libro cuentas anécdotas e historias... ¿cuál es la más entrañable que tienes?

-Tengo un recuerdo imborrable el día que conocí a Francisco Marín, Paco Marín para los amigos. Yo tendría unos 15 años y allí estaba él, al atardecer, recostado sobre la tronca de un viejo pinsapo de la Cañada del Cuerno, esbozando con pluma de tinta sobre un papel, uno de los mágicos árboles que adornan ese bosque. Paco, quien falleció hace unos años, fue un hombre del renacimiento en pleno siglo XX.

-Lo tuyo desde luego es ‘de libro’ porque conociste a tu compañera en la montaña...

Así es. La conocí viendo buitres en Zaframagón. Era casi verano y hacía calor. Después de subir aquella interminable cuesta, saqué mi cantimplora para saciar la sed y ellas unas litronas de la Cruzcampo... Si queréis saber más, comprad el libro. ¡Salvemos la Cultura!