Axabeba glosa los milagros marianos

La aportación del grupo sevillano a estas Noches del Alcázar se enmarca dentro de la celebración del octavo centenario del nacimiento de Alfonso X El Sabio

Fotografía de Actidea

Fotografía de Actidea / Juan José Roldán

Juan José Roldán

Llevamos dos años celebrando con mayor o menor acierto el ochocientos aniversario del nacimiento del Rey Alfonso de Castilla. Haber llegado al Mundo en noviembre la permite situarse entre dos temporadas, y que estas aprovechen la efemérides para todo tipo de propuestas y celebraciones. Sin ir más lejos acaba de inaugurarse en la emblemática Torre de Don Fadrique un mapping celebrando el paso del monarca por la capital andaluza y la relevancia que tuvo para la ciudad, traducido siempre en aciertos, sin mencionar jamás la influencia que para mal tienen este tipo de personajes que generalmente vitoreamos sin someter al análisis riguroso y certero que merecen. Los milagros de la Virgen sirvieron, a veces en tono jocoso e incluso casi cómico, para perpetuar el sometimiento del pueblo a través de la fe y el dogma, independientemente del valor artístico musical que su traducción en cantigas pueda haber mantenido a lo largo de los siglos.

Axabeba es posiblemente el conjunto que este año repita más veces actuación en las Noches del Alcázar. De hecho la de ayer fue la segunda de sus tres funciones, lo que sorprende a la vista de los diversos desajustes de orden y organización que sufrieron y que malograron el ritmo y la fluidez del montaje, lo que afortunadamente no afectó sin embargo a su calidad musical, por encima eso sí de lo discutible que pueda resultar el rigor con el que se puedan acometer estas piezas de tan extenso catálogo al que tantos grupos se han aproximado con desigual acierto. José Luis Pastor cuenta no obstante con los avales suficientes como para merecer el respeto y la consideración necesaria. No cabe duda de su autoridad a la cuerda pulsada, lo que añadido a su indiscutible pasión y solvente estudio y análisis del material, suele dar como resultado lo más parecido a la excelencia. Axabeba es sin duda su formación más emblemática y a sus postulados se ciñeron la voz siempre sensual y en estilo de Ángeles Núñez, este año presente en las Noches por partida doble, también con Emilio Villalba y La Dezima Musa, y el magisterio a las maderas de Ignacio Gil, cuyo paso intermitente por Artefactum se hizo sentir también en el concierto de anoche.

Un gran laúd, una zanfoña y lo que parecía una estrechísima cítola, junto a los más variados instrumentos de viento, como las flautas, la gaita y la chirimía, así como panderos y conchas entre la percusión, hizo las delicias de un público ya entusiasmado antes de la actuación, admirando la colección primorosamente colocada sobre el escenario. Con ellos los tres integrantes del conjunto elaboraron un previsible programa en el que se sucedieron diversos milagros, dejando claro ya desde la melodía, a menudo similar (caso de las cantigas 227 y 386 que abrieron y cerraron el programa), que lo importante era servir al texto. El preciso fraseo y la claridad en la voz de Núñez así lo supo entender también, aunque antes Pastor se hubiera encargado de traducir las letras del galaico portugués original. Lástima que a pesar de tanto y variado instrumento, Axabeba glosara cada pieza con escaso sentido de la creatividad, con cierta tendencia a la monotonía y la previsibilidad, lo que no impidió que disfrutáramos con el dulce canto de Núñez, apoyada en un precioso timbre, una generosa proyección y un esmerado buen gusto en las articulaciones, así como la maestría y la fineza de Gil y Pastor en sus cometidos, dentro de una propuesta decididamente tibia y convencional en términos generales. Aunque en un principio dejaron fuera del programa la cantiga nº 385, que narra la milagrosa curación de un hombre que sufrió una terrible pedrada, finalmente fue recuperada como propina, que Pastor dedicó emotivamente a su pequeña hija, presente en el público, mientras un invitado roedor se paseó sobre los setos situados detrás del escenario, demostrando que la plaga efectivamente se ha intensificado este año.

AXABEBA ***

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Ángeles Núñez, canto y percusión. José Luis Pastor, cuerda pulsada y dirección. Ignacio Gil, instrumentos de viento. Programa: Cantigas de Santa María 227, 292, 324, 257, 344, 389, 386 y 385. Martes 9 de agosto de 2022

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