La tensión también es elevada en la Franja de Gaza, donde se tiene constancia de 60 manifestantes palestinos heridos, y en Qalandia (Cisjordania), con un saldo provisional de 150 heridos.
Los incidentes más graves tuvieron lugar en las fronteras con Siria y Líbano. Al menos cuatro personas murieron y 30 resultaron heridas después de que el Ejército israelí abriera fuego contra centenares de refugiados palestinos que intentaban entrar en los Altos del Golán, territorio controlado por Israel, a través de la frontera siria por la localidad de Majdal Shams.
Tras las muertes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió ayer de que Israel "defenderá sus fronteras y soberanía" ante cualquier amenaza exterior, en referencia a los actuales incidentes violentos en la frontera con Líbano y Siria, pero expresó su confianza en que la situación "volverá rápidamente a la calma y a la normalidad", según declaró en un breve discurso televisado recogido por el diario Jerusalem Post.
Por el contrario, el Ministerio de Exteriores sirio condenó las "actividades criminales" llevadas a cabo por Israel en los Altos del Golán, los territorios palestinos y el sur de Líbano, según informó la agencia oficial SANA. Al tiempo, el Ejército israelí denunció a través de un comunicado que "miles de civiles sirios habían cruzado la frontera con Israel cerca de la localidad israelí de Majdal Shams", en los Altos del Golán. Según la nota del Ejército de Tel Aviv, los soldados israelíes abrieron fuego para impedirles la entrada en Israel y en los disturbios se produjeron "decenas de heridos".