Feria de Abril

1929: La Feria fue unas semanas antes de la inauguración de la Exposición

Muchos forasteros se quedaron en Sevilla desde la Semana Santa para aprovechar una secuencia de diversiones que no había habido nunca ya que poco después de la Feria empezaba la Exposición.

el 05 may 2014 / 23:24 h.

Desde 1922 y hasta que se hizo la fuente, algo vistoso ocupaba el lugar de la Pasarela para hacerla olvidar. Desde 1922 y hasta que se hizo la fuente, algo vistoso ocupaba el lugar de la Pasarela para hacerla olvidar.     Es verdad que todos estamos volcados montando la Exposición, que va un poco atrasadilla porque hay varios pabellones sin terminar cuando faltan solo semanas para su inauguración;es verdad que estamos volcados en ella después de 20 años de ilusiones y de lentísima preparación, pero también es verdad que ha llegado la Feria y vamos a celebrarla a tope. Y les tengo que decir que está Sevilla más reluciente que nunca porque, si siempre hemos sido el centro del universo en abril, este año lo seremos también en mayo y por muchos meses: de momento, nos encontramos con que muchos forasteros que vinieron para la Semana Santa se quedan para la Feria y para, al menos, el principio de la Expo, y que ya ha llegado, por ejemplo, un tren especial conduciendo 1.200 turistas alemanes, además del matrimonio Huntington que acaba de donar a la ciudad dos cuadros de Valdés Leal después de regalarnos la Estatua del Cid que está ahí, en medio del Prado. Días después de la Feria, el 9 de mayo, los Reyes y las Infantas presidieron la inauguración de la Exposición. Días después de la Feria, el 9 de mayo, los Reyes y las Infantas presidieron la inauguración de la Exposición. Yes que por todo el mundo se está anunciando que en el Pabellón de Colombia se exhibirá el Tesoro de los Quimbayas, y aquí podrán ver el Fuero de Vizcaya y el Códice que le dieron a Murcia los Reyes Católicos, porque todas las provincias y Portugal y Perú y Estados Unidos y toda América se esfuerzan en traernos lo mejor que tienen en sus casas, y todo a nuestro alrededor parece que es riqueza y alegría, aunque también está ahí la Asociación Sevillana de Caridad trabajando a destajo para que muchos (3.122 de media) tengan algo que llevarse a la boca cada día;y ahí ha llegado también la llamada Dama de la Caridad, la presidenta de la Junta de Señoras para el Mejoramiento moral y material de la clase obrera: su objetivo es endulzar las penas y enjugar las lágrimas de unos pulsando el corazón de los otros, de los predilectos de la fortuna, a los que les remueve las fibras sensibles de la compasión por el prójimo. Y ha llegado y ha organizado una gran recogida de abanicos que se van a rifar en la Feria, abanicos de categoría pintados y decorados, abanicos con firmas de monarcas y celebridades, con paisajes encantadores y bellezas de nuestra ciudad. Lo que se saque de esa rifa servirá para pagar los profesores, materiales y edificios en los que reciben enseñanza y algo de formación profesional desde el s.XIX esos obreros ya que, ni entonces ni ahora en 1929, nadie se preocupa de ellos. Y ya se recogen los primeros abanicos (los de doña Ignacia de la Vega de Sangrán, 48 abanicos; Srtas. María y Ana Olivencia, 12, preciosamente pintados; doña Ana Saiz de Rozas, 6 japoneses; la marquesa de Villamarta, 5, uno de ellos de gran valor, antiquísimo; los Sres. de Soto Ybarra, 24; doña Clara Ascunce, 108, de colores vivísimos), y ya se monta la Feria, ya la Compañía Sevillana anuncia que «el servicio de cada lámpara de 50 bujías, incluida la instalación, es de 10 ptas», y ya comienza la Asamblea de Subdelegados de Sanidad que, pecadillos de todas las épocas, se reúne en Sevilla estos días para que la Feria les salga gratis. Veo en la portada de El Correo la noticia gigantesca Franco en Sevilla y, ¿qué quieren que les diga?, me llena de confusión: lo que pasa es que es el Franco héroe nacional, el Franco de todos, el popular, es decir, el comandante del avión Plus Ultra, «el mejor aviador del mundo» según los españoles, y no el Franco, su hermano, que vendrá después, a páginas enteras y «sin confundir» a nadie. Varias veces en 1929 el zeppelín sobrevoló Sevilla; aquí lo vemos sobre la nueva Ciudad Jardín y el viejo Cerro. Varias veces en 1929 el zeppelín sobrevoló Sevilla; aquí lo vemos sobre la nueva Ciudad Jardín y el viejo Cerro. Ya está también por aquí la Reina de Rumanía, y la Princesa Ileana, y nuestra Infanta Beatriz, y el embajador de Estados Unidos, y el vizconde de Güell, de Barcelona, huésped oficial de la ciudad, y todos los ricos del mundo al estilo, por lo menos, del 98 o el 99 del siglo pasado, y, claro, todos estos señores vienen ávidos de diversión y ya la víspera el paseo de coches se ha visto concurridísimo mientras los trenes seguían llegando atestados, tanto los ordinarios como los extraordinarios, y por el Canal de Alfonso XIII (de 1926, el que ha hecho renacer el puerto como Vds. deberían hacer en 2014, inyectándole nueva vida a la ciudad), por él han hecho su entrada varios yates y trasatlánticos corriendo todos sus ocupantes después por la noche al Prado para presenciar las pruebas del alumbrado, que ha sido vistosísima. Empezamos nuestro recorrido en la glorieta donde estuvo enclavada la Pasarela y vemos que, en su lugar, este año han puesto una gran portada con varios arcos y una especie de templete de la Cruz del Campo en su lugar exacto, todo sea para que, sobre todo los mayores, no echen de menos la maravilla que estuvo allí de 1896 a 1921. Por la noche ya se ha visto muy concurrida la Calle del Infierno –que este año deberíamos llamar Barrio del Infierno, porque en vez de una calle son cuatro– en la que están los tíos vivos (sic) y los circos ecuestres y las atracciones «solo para hombres», y las tiendecillas, bastante carillas por cierto, ya que en ellas una copa de jerez vale 0,50 ptas.; un chato de manzanilla, 0,40; un café, 0,25; la cerveza, 0,50; un vermouth, 0,40, y un bocadillo, 0,40, y veo que allí pone en el cartel Artículos selectos...¡y tan selectos!. Y como la juerga (de los que pueden) dura hasta la madrugada, la gente se levanta tarde y desde el primer día nos damos cuenta de que el Prado se ha quedado pequeño –ya han construido la Plaza de España y todo lo de la Exposición, y las calles Conde de Cifuentes y Rastro, y parte de las Avenidas de Cádiz y Málaga, y tantas otras cosas– por lo que pedimos al Ayuntamiento que vaya decidiendo ya otro emplazamiento porque el llevarse el mercado de ganados al Tiro de Línea no ha sido más que un parche, no una verdadera solución. Y hemos recorrido las casetas entre las que me han llamado la atención las de los Amigos de Joselito el Gallo, del Ateneo, de la Asociación del Magisterio, de la Sociedad Benavente, de la Casa de la Montaña («la Montaña» siempre ha sido Santander, no «Cantabria» como, no sé por qué, después se le ha empezado a decir), la Colonia Asturiana, los empleados de la Exposición, la Colonia Suiza, la Asociación de la Prensa, la de la rifa de los abanicos,... El Rey con Aníbal González, arquitecto hasta 1928 de la Expo. El Rey con Aníbal González, arquitecto hasta 1928 de la Expo. Y por la tarde cuando terminaron los toros, otra vez hubo animación en las casetas y en las calles centrales porque la Feria es, de verdad, para los que siempre ha sido, para los 10.000 u 11.000 (más los turistas y familiares) que, más o menos, caben en la Maestranza. Y hasta las 11 de la noche ha durado el paseo de coches –con más automóviles que carruajes, ya es 1929, sobre el pavimento, que también es nuevo– y a esa hora ha mejorado el ambiente en el Círculo Mercantil, en el Labradores, en la Caseta Vasca, en la de la Gimnástica de Triana, en er 77 con el simpatiquísimo Marqués de las Cabriolas, en la de los alemanes con más cerveza y manzanilla que agua lleva el Rhin bajo los puentes... en todas las cuales se habla de que 37.000 son las cabezas que han entrado cada día de Feria –porque todos los días llegan nuevas que reponen las que se venden y se marchan– en el mercado del Tiro de Línea, y a 500 ptas. se están vendiendo los potros de 3 años, a 7.000 reales los mulos de 4, etc.etc. Y hablemos de las casetas, hablemos mucho de las casetas porque de las corridas mejor no hablar; casi lo único bueno es que los toros se ven por primera vez en la Nueva Venta de Carlos Antequera, allá camino de Dos Hermanas, pasando los también nuevos cuarteles, pero de lo visto cada día en la Plaza mi compañero, el cronista taurino Triquitraque, es que está que «se sube por las paredes»: a nombres tan rimbombantes como Cayetano Ordóñez el Niño de la Palma, Gitanillo de Triana o el Algabeño «les ha dicho de tó» (como se esperaba han estado mal, rematadamente mal. No es que no quieran, es que no pueden; toreando de capa, vulgarísimos, porque no se puede torear con ese hormiguillo, con esa intranquilidad, esa responsabilidad que supone Sevilla). Y los titulares de las crónicas ¿para qué decirles? Del Niño de la Palma dice que «sigue en la infancia», continuando después con Se llevan el dinero de la ciudad, Qué poca alegría en la casa del pobre, Cada corrida me cuesta una lágrima, Los 7 niños... (aludiendo a los de Écija que eran 7 y asaltaban a todo el que se les ponía por delante: los 7 de ahora son los 3 espadas y varios banderilleros y picadores, poco afortunados en su trabajo), De los 3 Rodríguez, cuál es el peor, refiriéndose a Félix Rodríguez, Mariano Rodríguez y Joaquín Rodríguez, Cagancho, llegando este último a tener que salir de la plaza amparado por la guardia civil, tras lo cual el Gobernador le prohibió torear al día siguiente sustituyéndole el Algabeño, que estuvo casi igual. Y comenta Triquitraque «no cabe duda de que estamos en el principio del fin: decimos esto porque creemos sinceramente que las cosas del toreo han llegado a unos extremos insospechados», pero no, opino yo, porque hoy mismo en Lima un niño de verdad (no el apodado de la Palma o uno de los de Écija), Manolo Bienvenida, triunfa sin descanso y hace faenas inenarrables, banderillea regiamente a sus novillos y sale en triunfo de la plaza: Manolo, Manolito Bienvenida, ¿por qué te has ido a Lima, por qué estás tan lejos?» Y así acaba la Feria, con sus fuegos artificiales como está mandado, aunque para nosotros sigue la fiesta porque empezamos a inaugurar toda clase de cosas: la Diputación de la Plaza del Triunfo, la Muestra de Semana Santa y del Arte Sacro en el Salvador; los Pabellones, casi todos, que se van terminando y, subrepticiamente, ya abren sus puertas, el nuevo barrio de la Ciudad Jardín allá por los campos (del Marqués)de Nervión para que sea nuestra Ciudad-Expo del 29, los viajes del zeppelín que se hacen cada vez más frecuentes,…, e inauguramos, sobre todo, esta Exposición Iberoamericana que empezamos a preparar en 1909 y que para Sevilla va a ser, pensamos ahora y seguiremos pensando el 9 de mayo, día de su inauguración, pensamos que será como una Feria de todo un año. Y mañana les contaré otra Feria histórica aunque muy distinta de ésta en la que estoy hoy: mañana les contaré la Feria de 1940.

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