Es la segunda orla de la serie Marcaje al Empresario que, cada domingo, relata la historia de quienes hacen empresa en Sevilla. Son 200 rostros diferentes, muchos de los cuales nunca habían salido en la prensa, otros muchos, en cambio, se quedaron en el camino, la razón, la crisis económica, no era momento adecuado para hablar, argumentaban. Casi cuatro años de cita semanal desde que un 25 de noviembre de 2007 inaugurara esta ágora el presidente de Motorhispania, Eusebio Gallego Hinojosa, cuando ni siquiera se atisbaba la tormenta en la que estamos inmersos.
De hecho, el optimismo inicial de los protagonistas dio paso a la incertidumbre a mediados de 2008 para convertirse en evidente pesimismo a finales de este ejercicio y durante los posteriores. La crisis, negada hasta las elecciones generales de 2008, hacía estragos en las ventas y aumentaba la morosidad, al tiempo que faltaba la financiación por el cierre del grifo del crédito. Lamento.
No en vano, algunos de los empresarios que aquí pueden ver cayeron en concurso de acreedores, unos lograron remontar, otros no o aún lo intentan. Nadie dijo que hacer empresa fuera fácil, ni tampoco verla desmoronarse en muchas ocasiones por causas ajenas a la propia voluntad. De todos, sin embargo, conocimos cuáles eran sus recetas para apretarse el cinturón, rebajar costes y aumentar la productividad.
En la segunda tanda, abundan los jóvenes emprendedores, que comparten orla con quienes, por la experiencia acumulada, podrían ser sus padrinos. Y diecisiete mujeres, reflejo del empuje de las féminas entre el empresariado, si bien pocas aún.
Salvo casos puntuales, poco ladrillo, abundan las firmas de servicios y tecnológicas, sectores tradicionales como el agroindustrial junto con punteros que incluso su trabajo costaba explicar cuál era en concreto su actividad. Y desde cómo elaborar un helado artesanal o montaditos bautizados con los nombres de los miembros de la Casa Real española hasta el diseño de chips de rapidísima captación de imágenes para cámaras científicas e industriales o de aplicaciones para teléfonos móviles, pasando por la moda -en especial la flamenca, incluidos también los complementos, un cóctel que aquí hemos consagrado como empresa- o la fabricación de alambres de espino.
Tiempos de crisis pero con la mirada hacia adelante. Así, compartimos la resignación del aquí seguimos, no nos va mal, el futuro es incierto, con la satisfacción del mejor contrato de su historia, en este resumen quedémonos con lo bueno, valgan como ejemplos La Muralla, ahora líder del mercado de los mantecados por obra y gracia de la cadena Mercadona, o la popularidad adquirida por ABR Talleres merced a su pegadiza publicidad.
Tres extranjeros también, aquí han hecho negocio, con clases de idiomas, tecnologías para teléfonos móviles o comercialización de aceite de oliva con destino al país del sol naciente, Japón.
A pesar de cómo está el patio, se siguen emprendiendo proyectos, eso sí, más pequeños y más estudiados, aunque la consigna de mantenerse es la habitual, no fueron pocos los que admitieron que habían tenido que frenar algunos negocios a la espera -larga espera- de mejores vientos.
Nuestra primera orla con sus cien empresarios se la dedicamos a Rafael Álvarez Colunga, que nos concedió la última entrevista a un periódico antes de fallecer trágicamente en el mar. La segunda la ofrecemos en memoria de quien fuera presidente de la patronal sevillana CES, Fernando Guerrero, que nos dejó en marzo pasado. Y dispuestos a enfilar ahora el tercer centenar...
