Con la mirada puesta en la oportunidad de lo actual. La UNIA presentó ayer su oferta universitaria para la temporada estival con el mismo propósito de siempre: rigor universitario y posibilidades de ampliar conocimientos en cada uno de los seminarios propuestos.
La Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) ya lo tiene todo listo para el comienzo de sus cursos de verano de 2009. Con una preparación que lleva meses de gestiones y contactos con instituciones y personalidades académicas y de cuidado diseño de cada uno de los encuentros y seminarios -como señaló su rector, Juan Manuel Suárez Japón-, la seña de identidad de la UNIA comienza la cuenta atrás para la puesta de largo de esta edición.
Acompañado de la vicerrectora de Extensión Universitaria y Participación, María del Rosario García-Doncel, Suárez Japón hizo hincapié en la particularidad de los cursos de la UNIA. "Lo que nos diferencia de otras universidades es que nosotros ofrecemos programaciones abiertas a todos, no sólo a nuestros alumnos, y con profesores que también llegan de afuera".
Después del éxito de la convocatoria del año pasado, cuando se movilizó una cifra cercana a los 2.000 alumnos y entre 300 y 400 profesores, el rector quiso dejar claro que "en la UNIA tienen una programación que va más allá de los cursos de verano". "No es anormal" que se dé la identificación de esta universidad con sus cursos estivales, reconoció, ya que estos encuentros "son un referente importante en la programación general".
Suárez Japón defendió, no obstante, que "los criterios de rigor universitarios de la UNIA lo colocan en lo alto de la escala de los cursos de verano". En cuanto al número de cursos (83 más "60 o 70" eventos culturales complementarios en las seis sedes de la universidad) subrayó que "aunque lo cuantitativo no sea importante", tienen "ya el trabajo hecho para ofrecer 160 actividades concentradas en tres meses".
En cuanto a los valores cualitativos, entre las "muchísimas propuestas" que reciben, toda la oferta de la Internacional de Andalucía debe cumplir tres requisitos. El primero tiene la calidad y el rigor científico como imprescindible. "Queremos huir de la imagen que califican a los cursos de verano como livianos", señaló el rector.
La segunda condición pasa por la diversidad temática, que debe permitir captar el interés de un número de personas cada vez mayor.
El tercer requerimiento es el de incorporar criterios de oportunidad que reflejen cuestiones de la actual coyuntura social. Es por ello que en el programa de esta edición se ha tenido en cuenta temas de candente actualidad, como la crisis económica, las energías renovables, el centenario de Darwin o la experiencia viajera de Washington Irving.
