Este año voy a ver si puedo aguantar hasta el final tanto en el concurso como en festival de Mairena. Ya tengo preparada la tumbona y el termo con café muy cargado, y le diré a mi amigo Miguel Palmicha que me reserve una buena tostada con manteca colorá para cuando llegue al barrio, al amanecer.
Como soy de los que no escuchan el festival en el bar llevaré una nevera con cervezas y refrescos y un canasto lleno de morcilla y pan de Paco, el nieto cantaor del gran Antonio Trozo. Coincide con la Feria del Verdeo de Arahal pero no faltaré a la cita, porque la Casa del Arte Flamenco se ha currado el concurso y Antonio Casimiro Gavira, el alcalde, el festival del centenario del maestro. Por cierto, el alcalde es muy criticado y no me cae nada simpático, pero ya lo quisiera yo para mi pueblo por cómo tiene de guapa a Mairena y lo que lucha por los flamencos. ¡Uff!
