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A Pamplona y con lo puesto

El equipo de Manolo Jiménez tiene mañana la posibilidad de tomar aire y frenar esa racha de derrotas en Liga que lo ha situado en la zona baja de la tabla. Sin embargo, para ello deberá superar dos importantes hándicaps. (Foto: Javier Cuesta)

el 14 sep 2009 / 21:03 h.

El equipo de Manolo Jiménez tiene mañana la posibilidad de tomar aire y frenar esa racha de derrotas en Liga que lo ha situado en la zona baja de la tabla. Sin embargo, para ello deberá superar dos importantes hándicaps que convierten el partido contra Osasuna en una nueva prueba de fuego.

El primero reside en los problemas propios. Jiménez no podrá contar con Daniel -debe ser sancionado hoy- ni con Dragutinovic, baja en Almería y también mañana debido a sus molestias en el pubis, que le obligan a guardar reposo. Además, según el parte médico, Kanouté es "seria duda" por culpa de su sobrecarga muscular y también podría unirse a la lista que forman Javi Navarro, Escudé, Boulahrouz... y Chevantón. El uruguayo estará de baja entre diez y quince días tras sufrir una micro rotura en músculo isquiotibial derecho. En total, cinco ba¬jas en defensas, una en la delantera y otra presumible, ya que todo hace indicar que Kanouté no viajará a Pamplona.

Al menos, Jiménez recupera a tres efectivos: Luis Fabiano, el jugador más en forma del Sevilla en estos momentos, tras superar sus molestias en el pie; Adriano, que acusaba problemas musculares; y Kerzhakov, que tampoco estuvo en Almería y debe formar parte hoy de la expedición.

Con este panorama, el once que saltará al césped del Reyno de Navarra será distinto al que salió inicialmente el pasado fin de semana. En cualquier caso, habrá que ver si Jiménez apuesta por situar de nuevo a Renato como media punta por detrás de Luis Fabiano -titular salvo sorpresa- o si da una oportunidad a Koné. El costamarfileño puede ser la gran novedad, aunque hasta la fecha siempre ha sido la última alternativa. En defensa, la baja de Daniel podría dar el puesto a Hinkel, si bien no es descartable que Crespo ocupe ese costado derecho y Adriano -atentos al canterano Casado- pasara al lateral zurdo. Las opciones son diversas.

Pero el capítulo de lesionados no es el único hándicap con el que se encuentra el Sevilla. Jugar contra Osasuna en tierras navarras es, tradicionalmente, un suplicio. De hecho, desde que a finales de los 80 lograse dos triunfos consecutivos por 1-3 (temporadas 87/88 y 88/89), sólo ha vuelto a ganar una vez allí: el 9 de mayo de 1993, es decir, hace 14 años. Curiosamente, ese día Manolo Jiménez, que ahora llega como entrenador, defendió la camiseta nervionense junto a los Unzué, Diego, Martagón, Rafa Paz -autor del único gol (79')-, Simeone, Conte, Suker, Pineda, Andrades.... Bilardo era el técnico.

A pesar de que desde entonces han sido numerosos los enfrentamientos entre ambos equipos (Liga, Copa del Rey e incluso hasta en Copa de la UEFA) en Pamplona, el Sevilla casi siempre regresó cabizbajo. Once han sido las visitas realizadas desde aquella última victoria y el saldo habla por sí solo: ocho derrotas (cuatro en Liga, una en Copa y una en UEFA) y tres empates. Desolador. Los duelos entre sevillistas y pamplonicas han estado marca¬dos, además, por una gran rivalidad, especialmente agudizada en la época en que Joaquín Caparrós y Javier Aguirre se sentaban en sus respectivos banquillos.

Ahora las cosas parecen haber cambiado, pero al Sevilla lo que le vale realmente es sacar algo positivo de esta nueva visita. Su situación clasificatoria le obliga a levantar cabeza, y ya no sólo por la propia autoestima del equipo, capaz de lo mejor y lo peor, sino para que Jiménez siga dirigiéndolo desde el banquillo. En cuestión de días se ponen muchas cosas en juego.

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