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A por la mayoría absoluta, por favor

Me perdonará la broma Javier Arenas si desde estas líneas pido encarecidamente a las gentes del PP que por una vez se olviden de sus preferencias políticas y el próximo 9 de marzo, como un solo hombre (o mujer) acudan a las urnas a votar masivamente la candidatura del PSOE.

el 14 sep 2009 / 21:39 h.

Me perdonará la broma Javier Arenas si desde estas líneas pido encarecidamente a las gentes del PP que por una vez se olviden de sus preferencias políticas y el próximo 9 de marzo, como un solo hombre (o mujer) acudan a las urnas a votar masivamente la candidatura del PSOE.

Sí, si, han leído bien. No me he vuelto loco y ni siquiera padezco enajenación mental transitoria. Es que he oído que Sánchez Gordillo va de número uno de Izquierda Unida por Sevilla -esto sí que no es una broma- y dándole vueltas a la cabeza he llegado a la conclusión de que la única forma de evitar que este atrabiliario personaje pueda sentarse en el Consejo de Gobierno es que el PSOE alcance la mayoría absoluta para no tener así necesidad de acordar nada con el Sindicato de Obreros del Campo.

No es una pura especulación lo que planteo. Descontado ya en todas las encuestas que el Partido Andalucista se va al garete, o casi, la únicas posibilidades que le quedarían al PSOE para formar gobierno, caso de quedarse en minoría mayoritaria, sería la de reeditar la experiencia de la pinza -lagarto, lagarto- o recurrir a los escasos diputados que obtenga la coalición de izquierdas. Y algunos no tenemos la menor duda de que el precio de tal apoyo pasaría por la designación del alcalde de Marinaleda para una Consejería. Dios nos coja confesados.

Porque en su enloquecido viaje a ninguna parte IU se ha dejado en la cuneta cualquier signo de moderación para elevar nada menos que a la categoría de cabeza de lista por Sevilla a un personaje que daría muy bien como candidato en Cuba por el partido único de Castro. Y si ha logrado imponerse en la principal circunscripción andaluza contra las pretensiones de Diego Valderas, ello es elocuente de la fuerza interna de la corriente de Sánchez Gordillo, antiguo beneficiario de al menos dos sueldos de procedencia oficial, en ese partido residual de sálvese quien pueda.

La otra alternativa no parece estar a la vista, demoscópicamente hablando: que el PP obtuviese mayoría absoluta y formase su propio gobierno, aunque el empujón que le van a dar los ex votantes del PA pudiera situar a los populares como aspirantes a la Presidencia. Firmemos donde haga falta para que cualquiera de las posibilidades sea hacedera antes de esa eventualidad -no se descarte al cien por cien- que llevaría al SOC (travestido ahora en otras siglas) a codirigir los destinos de Andalucía. ¿Se imaginan al salteador de fincas y gran amigo de Batasuna en semejante coyuntura política?

Todo proceso electoral es un melón cerrado del que poco se sabe hasta que se cala. Cuando habla el pueblo soberano cualquier cosa es posible (recuérdese el 14-M). Y, por supuesto, que sería legítimo el escaño de Sánchez Gordillo. Pero una cosa es votarlo para que se siente en las Cinco Llagas y otra bien distinta para que ocupe plaza en el Consejo de Gobierno. El efecto sería terrible. Así que a votar mayorías absolutas, y a quien Dios se la de San Pedro se la bendiga.

Francisco Giménez-Alemán es periodista

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