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A un solo paso del objetivo

Una victoria hoy permite al Sevilla entrar en la máxima competición continental por tercera vez en su historia. La Liga de Campeones está a tres puntos. Era el objetivo inicial, es el objetivo principal del club. Tercero o cuarto, eso ya se verá, la consolidación un año más del proyecto está a un solo paso.

el 16 sep 2009 / 02:48 h.

Una victoria hoy permite al Sevilla entrar en la máxima competición continental por tercera vez en su historia. La Liga de Campeones está a tres puntos. Era el objetivo inicial, es el objetivo principal del club. Tercero o cuarto, eso ya se verá, la consolidación un año más del proyecto está a un solo paso.

Y ha querido el destino, o el calendario para los que rechacen la providencia, que se dilucide tamaño dilema en una ciudad adversa para el Sevilla, Pamplona, en un estadio gafe, el Reyno de Navarra, y ante un rival odiado, el Club Atlético Osasuna. Muchas son las máculas que han dejado los enfrentamientos entre ambas escuadras en los últimos años. Mordiscos, primas por fastidio, goles con la mano, polémicas arbitrales, insultos, invenciones, nieves, eliminatorias de la Copa, semifinales de la UEFA, patadas, arengas, declaraciones... Y tantas. Y este recordatorio no es sólo literatura futbolística. Cualquiera, incluido los jugadores, que haya vivido cómo recibe la afición rojilla al Sevilla en su 'Reyno' tiene constancia de la rivalidad existente entre ambos equipos.

Superar con éxito toda esta batalla, además, tiene premio doble. Al margen de la cumplida venganza, no datada en Pamplona desde el 9 de mayo de 1993, hace 16 años, la recompensa verdadera es la Liga de Campeones, objetivo histórico para el Sevilla, que sólo ha estado peleando entre los más grandes de Europa en dos ocasiones antes. Que el equipo nervionense haya estado toda la temporada dentro de los parámetros y en los puestos que dan acceso a la competición no deben empequeñecer el logro, histórico y crucial para el presente y el futuro de la entidad y para el entrenador, Manolo Jiménez. Es cierto que más que la Liga de Campeones el premio gordo es el tercer puesto, pero con las espaldas cubiertas y a falta de dos jornadas todo irá rodado.

El quién (el Sevilla), el qué (la Champions), el dónde (Pamplona) y el por qué (por la buena trayectoria liguera) están claros, pero queda por averiguar el cómo, todo un motivo de debate en el sevillismo, de puertas para afuera y para adentro. Incertidumbre e interés se ciernen sobre la alineación de hoy de Jiménez a partes iguales. ¿Dos delanteros, dos extremos, tres centrocampistas, un mediapunta? La fórmula que utilizará Jiménez es un secreto, pero lo cierto es que fuera de casa acierta mucho más que falla, y ese margen de crédito debe tenerlo. En cualquier caso parece claro, a tenor del estado de forma de Luis Fabiano -espectacular sus entrenamientos esta semana-, que los dos delanteros son inamovibles. Las dudas se centran en Capel, Adriano o Romaric en la izquierda y en el lateral derecho (Konko o el mismo Adriano).

Jiménez suele tener muy en cuenta a los rivales y, en esta ocasión, además de Osasuna, la amenaza la representa el antiguo Sadar, estadio de los navarros, a los que el yugo del descenso empieza a apretar. Si el Sevilla los termina de ahogar, la Liga de Campeones estará en el bolsillo.

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