La próxima jornada puede ser matemática la Liga de Campeones, sólo hace falta ganar, pero Europa ya lo es virtualmente tras la victoria ante el Mallorca. El Sevilla, salvo catástrofe, se clasificará por sexto año consecutivo entre los seis primeros. Un hito que sólo ha logrado antes una vez.
Las victorias del Deportivo y del Málaga ayer retrasaron una semana más lo que, en realidad, ya es algo consumado, que el Sevilla repetirá por sexta temporada seguida en Europa. Algo de lo que sólo pueden presumir en España el Real Madrid y el Barcelona. Le bastará a los nervionenses con sumar un punto en las tres jornadas que quedan o que el Villarreal no gane un partido. Para la Liga de Campeones, al menos la cuarta plaza, bastará con un triunfo en Pamplona. El caso es que es tal el éxito que el Sevilla sólo lo había logrado una vez antes en su historia, si bien en aquella ocasión (de la temporada 1950/51 a la 1956/57) no existía el premio de las competiciones europeas (la Copa de Europa nació en 1955, junto con la Copa de Ferias, precedente de la Copa de la UEFA).
Por eso el actual Sevilla, el que tiene al mando al presidente José María del Nido, vive una de las mejores etapas de la historia de la entidad, si no la mejor. En los últimos seis años puede presumir de haber disputado siempre competiciones europeas, de haber disfrutado seis finales, cuatro continentales, de haber alzado cinco títulos -dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y una Supercopa de España- de haber jugado por segunda vez en su historia la máxima competición continental, de haber firmado un tercer puesto, dos quintos puestos, dos sextos y, posiblemente, otro tercer puesto si el equipo de Jiménez acaba la Liga como esperan los sevillistas.
La brillante etapa actual sólo tiene un parangón en la historia, porque sólo en una ocasión había logrado el Sevilla acabar entre los seis primeros clasificados durante seis años consecutivos. Aquella otra etapa dorada vivió dos subcampeonatos de Liga (1950/51 y 1956/57), y en eso supera a la actual, un cuarto puesto, dos quintos y un sexto puesto. Además, durante ese mismo periodo aquella generación de futbolistas sevillistas alcanzó una semifinal (derrota ante el Valencia) y una final de Copa (derrota ante el Athletic). Sin duda, tras le época de los títulos de Copa y el de Liga fue aquel Sevilla el que tomó el brillante relevo en un club que quería seguir siendo grande. El de los Arza, Alconero, Ayala, Araújo, Bustos, Domenech, Campos, Enrique, Pepillo... y el de Campanal y Helenio Herrera.
Ambos técnicos se repartieron las temporadas de aquel ciclo dorado. En los tres primeros fue Guillermo Campanal el que mantuvo al equipo hispalense arriba, con Ramón Encinas, otro histórico del banquillo por cierto, en la secretaría técnica. Pero todo aquel trabajo lo culminó Helenio Herrera. Llegó como apuesta de Sánchez Pizjuán entre incertidumbre, porque al fin y al cabo el Sevilla se mantenía entre los primeros con el tándem Campanal-Encinas, pero también con gran ilusión por parte de la afición, que esperaba que el argentino diera un plus más al equipo. Y 'HH' lo hizo. 'El Mago', con sus novedosos métodos, mejoró el rendimiento de la plantilla con un fútbol vistoso, atractivo y eficaz.
Evidentemente, aquel ciclo también contó con jugadores históricos, como los de ahora. La trayectoria del club ha igualado a futbolistas como Arza, Busto, Araújo y Domenech con otros como Kanouté, Daniel, Luis Fabiano o Palop. Aquel ciclo sí que arrojó mejores resultados ligueros. De hecho, desde el subcampeonato de Liga de 1957 el Sevilla no ha vuelto a llegar tan lejos en la Liga, a pesar de haber acariciado el título en la 2006/07. Pero la época presente ha dado la oportunidad a este Sevilla de Del Nido de lucir sus buenas clasificaciones por Europa y seguir compaginándolas con buenos cursos ligueros.
A diferencia de la actualidad, con todas las salvedades posibles por la diferente época histórica, lo cierto es que la disputa de la Copa de Europa 1957/58, en la que el Sevilla alcanzó los cuartos de final y fue eliminado por el campeón Real Madrid, significó el final de una etapa. Esa misma campaña la Liga se solventó con mediocridad, décimo puesto, y la siguiente incluso se sufrió para mantener la categoría. Sin embargo, en la actualidad la permanencia en la élite es una constante. El sevillismo, consciente de ello o no, puede estar viviendo su mejor época de la historia.
