A dos días de la elección presidencial, la temperatura electoral subía ayer en Chile, donde los candidatos intercambiaron acusaciones de intervencionismo y campaña sucia, mientras más de ocho millones de electores meditan su voto. Aunque legalmente el período de propaganda terminó la pasada medianoche, ambos candidatos no pararon de dar entrevistas y de aparecer en sitios públicos.
Sebastián Piñera, aspirante de la oposición y favorito para ganar, denunció un "abusivo" intervencionismo del gobierno a favor del abanderado oficialista, Eduardo Frei, que por su parte acusó una "campaña sucia" de la derecha.
La acusación de intervencionismo fue directamente dirigida a La Moneda, tras el anuncio de la presidenta Michelle Bachelet de que votaría por Frei porque es "una persona honesta".