La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, reclamó ayer y ante el pleno de la Asamblea que los tres diputados de esta Cámara imputados en el caso Gürtel -Alberto López Viejo, Benjamín Martín y Alfonso Bosch- "abandonen su escaño", petición que han respaldado con aplausos los parlamentarios del PP. La presidenta atendió así la exigencia del portavoz de IU, Gregorio Gordo, que consideró que esos tres diputados "deshonran este Parlamento". Aguirre cuando salió a la luz pública la trama Gürtel obligó a estos tres parlamentarios a dejar el grupo popular y pasaron a formar parte del grupo mixto.
Además a López Viejo le destituyó como consejero de Deportes. Aguirre se ha adelantado siempre en este asunto al presidente del PP, Mariano Rajoy, que en todo momento ha sido muy tibio con los imputados en la trama, incluso ahora con la polémica suscitada con el ex tesorero popular Luis Bárcenas que sigue siendo senador y al que sigue apoyando a pesar de que su nombre es uno de los más repetidos en el sumario del caso que se conoció la semana pasada.
Sin embargo, el PSOE no está satisfecho con la actuación de Aguirre. El portavoz adjunto del PSOE en la Asamblea de Madrid Adolfo Navarro afirmó ayer que la manera de ocupar el poder de la Comunidad de Madrid "recuerda a las actitudes del franquismo" y reclamó al vicepresidente, Ignacio González, que dimita de su cargo. por contratar con empresas de la trama Gürtel, y le instó a dejar el Ejecutivo. "La presidenta y usted como vicepresidente no deberían seguir siéndolo ni un minuto más", consideró Navarro.
