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Al Assad culpa de las revueltas a "conspiradores" extranjeros

El presidente sirio comparece en el Parlamento sin anunciar reformas.

el 30 mar 2011 / 20:26 h.

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Sirios siguen por televisión el discurso del presidente sirio, Bachar al Assad.

Las revueltas en Siria están organizadas en el exterior. Ésta es la lectura que hizo ayer el presidente sirio, Bashar al Assad, de las movilizaciones que vive el país en las que se demandan más libertadas. Los disturbios responden a una "conspiración" sectaria organizada en el extranjero cuyo propósito es hundir al "último baluarte fronterizo del mundo árabe", dijo Al Assad ante el Parlamento.

En su alocución, sin embargo, no anunció ninguna de las reformas que se esperaban, concretamente el levantamiento de las leyes de emergencia que rigen desde hace medio siglo.
"Pertenezco al pueblo sirio y quien pertenezca al pueblo sirio siempre mantendrá la cabeza alta", aseveró el mandatario en el comienzo de su discurso, que fue interrumpido varias veces por los jaleos y muestras de apoyo de algunos de los parlamentarios.

Los actuales disturbios, aseveró, son "un momento excepcional" que servirá para probar la "unidad nacional". Varios legisladores empezaron a gritar expresiones de apoyo al régimen, como: "¡Solo Dios, solo Siria y solo Bashar"!" o "sacrificaremos nuestras almas y nuestra sangre por ti, Bashar".

Crear inestabilidad. El presidente afirmó que la población de Deraa (sur), epicentro de las revueltas, "contendrá a cierta minoría que ha intentado sembrar el caos" y aseguró que ha impartido "órdenes muy claras" a las fuerzas de seguridad para que "no causen daño a los ciudadanos sirios" durante las protestas.

Al Assad manifestó también que las movilizaciones responden a una "conspiración" organizada en el extranjero cuyos instigadores pretenden crear "inestabilidad en Siria y en los países árabes". Un discurso similar al empleado por los expresidentes de Túnez y Egipto, Ben Alí y Hosni Mubarak, respectivamente, y por el líder libio, Muamar Gadafi.

Según Al Assad, estos "conspiradores" han intentado reforzar las diferencias sectarias para incitar al odio y "hundir Siria", con el objetivo de debilitar "el último fuerte fronterizo del mundo árabe", pero "han elegido el país equivocado". La población "nacionalista" de Siria no aceptará una "conspiración" que comenzó "hace semanas a través de los canales de televisión por satélite".

El presidente admitió que "no todos los manifestantes que han salido a las calles son conspiradores". No obstante, advirtió que el Gobierno puede aceptar las "demandas del pueblo" pero no puede apoyar "el caos". "Es importante que se reconozca la diferencia entre las necesidades y las reformas beneficiosas para el pueblo y la malicia de los conspiradores", manifestó.

El Gobierno está "contra la conspiración y a favor de las reformas", aseguró. "Si hay reformistas, las apoyaremos", aseveró Al Assad, quien declaró que, en todo caso, su país ya inició "un proceso gradual de reformas hace diez años".
El discurso de ayer fue la primera comparecencia pública de Al Assad desde que estallaron las revueltas populares en Deraa hace dos semanas, que se han extendido por el país, y en las que al menos 60 personas han muerto a causa de la represión.

La alocución del presidente, sin embargo, no evitó que cientos de personas se movilizasen en Latakia pidiendo "libertad".

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