El presidente de la Federación Española de Baloncesto ultima un nuevo gran proyecto que traerá a Sevilla un Campeonato del Mundo, que no organiza España desde 1986. Su mente y su equipo trabajan, sin embargo, con un horizonte mucho más amplio, aunque en 2010 FIBA espera sentarlo en su presidencia europea.
-Le invitaron recientemente al Congreso para aportar ideas en materia de legislación deportiva. ¿Pasó el tiempo en que en política el deporte era un sector marginal?
-Va pasando pero todavía no. Aún no se dan cuenta de que el deporte es un dinamizador, que es capaz de transformar la vida de un país en muchos conceptos, en salud, en educación, en prevención, en valores. ¿Cuánto gastamos en lucha contra la obesidad y sus problemas derivados? A través del programa Baloncesto Integra hemos ayudado a reducir el absentismo escolar en un 27% en algunas zonas marginales. Nosotros nos lo hemos creído y da resultados. Es cuestión de que los políticos también se lo crean.
-¿No le tienta la política?
-La gente no sabe que fui secretario general de las juventudes de Unidad Andaluza, que creó Manuel Clavero, en 1981. Mi mentor fue el padre de Manuel Otero Luna. Éramos gente de diversas procedencias, estaba también el concejal Juan Antonio Martínez Troncoso. Era más un partido de defensa de una realidad andaluza no basado en el historicismo sino en el desarrollo económico. No fue el momento porque hubo un golpe de Estado. Tuve mucha simpatía por la UCD, me fascinó la Transición y después la figura de Felipe González. Soy más de personas. Ahora en el deporte creo que hay un secretario de Estado (Jaime Lissavetzky) muy acertado, porque le gusta y porque sabe.
-No le tienta. ¿Le han tentado?
-No es bueno llegar como paracaidista a ninguna institución, eso sienta mal. Lo que sé hacer bien es lo que hago.
-Se le vincula ideológicamente al PP.
-Nadie me habrá escuchado ninguna manifestación sobre partidos. Cuando estás en una institución, si no eres un militante, siempre es preferible dejarlo para tus adentros. Hay de todo. Hay gente que me vincula al PP porque conozco a muchos de sus dirigentes, a los que les tengo mucho aprecio. Sin embargo, Lissavetzky dice siempre que soy socialista pero que todavía no me he enterado. Creo más en las personas que en los partidos.
-¿La selección es un buen ejemplo de convivencia territorial?
-No sé lo que votan nuestros jugadores, pero está claro que llegan desde diferentes culturas y nunca ha habido ningún conflicto, sólo un compromiso con su selección. Ser español no es privilegio ni de la derecha ni de la izquierda. Yo me considero español y tengo doble nacionalidad regional porque llevo a gala ser extremeño de origen y andaluz porque llevo aquí muchos años. Se puede ser muy catalán siendo español. Lo que está claro es que todo el mundo está defendiendo a su país y el país está contento con las actitudes y los valores que se trasmiten. Han fracasado los que han tratado de politizar las selecciones.
-Sobre la protección del jugador español, que es un tema que en la ACB entienden diferente, ¿qué palpó en el Congreso?
-La pasión que mueven las selecciones y los deportistas nacionales no es comparable con ninguna otra manifestación. El deporte vertebra a este país y a partir de aquí lo que hay que hacer no es sólo protegerlo sino fomentarlo. En la candidatura del mundial están detrás partidos como Coalición Canaria, el PSOE, el PNV, el PP... Hay diferencias entre ellos pero están llegando a acuerdos en deporte, hay un esfuerzo y eso es bueno.
-¿La ACB entiende que la FEB es competencia?
-Mal lo lleva si piensa así, entre otras cosas porque por ley la ACB está integrada en la federación y porque el trabajo debe ser complementario. Así lo entiendo yo y lo contrario es un error. La federación engloba a todos y lo que queremos es que cada uno crezca y se desarrolle de la mejor manera posible.
-Han sido famosos sus conflictos con la liga profesional.
-No he tenido conflictos con clubes, sí con la dirección en un momento dado. Tengo claro que por qué cambiar mi método y mis proyectos si están funcionando. Si el señor (Jerry) Colangelo (manager de la selección estadounidense) llega y dice que él se ha fijado en España para la configuración y desarrollo de la selección americana, por qué tenemos que cambiar nosotros. Sigo creyendo que es necesario tener factores de identidad, que haya una protección del jugador español, más posibilidades de que jueguen. Pero tengo muchísimos puntos en común con muchos dirigentes de clubes profesionales. Soy de compartir, de aprender pero también ahora somos un referente, no estamos en la segunda división, por esa labor de equipo, no por la labor de un presidente, que tiene fecha de caducidad. El baloncesto no se puede reducir nunca a una liga profesional.
-La fecha de caducidad puede ser 2010, cuando habrá un relevo en la presidencia de FIBA Europa.
-Estamos muy centrados en la candidatura de 2014. No es un evento a celebrar dentro de cinco años, sino un proyecto de desarrollo muy importante a nivel mundial que España puede liderar. Hasta el día 23 de mayo estoy muy centrado en esto, a partir de entonces, con la candidatura, espero, tendré que tomar decisiones con respecto a FIBA. Si quiero desarrollar una estructura federativa, conforme yo trabajo, no es compatible con el proyecto de la Federación Española. La candidatura en sí es un proyecto muy fuerte y no lo veo compatible. Pero no me gustaría abrir ahora el melón de una carrera electoral, ni aquí ni en Europa. A partir del 24 y antes del 15 de junio diré lo que voy a hacer.
-Nadie duda por su trayectoria que el Mundial vendrá...
-La candidatura tiene diferentes aspectos, el organizativo, el económico y el político. En el primero ya hemos demostrado que estamos capacitados para hacer el mejor Mundial; en aspectos económicos cumplimos pero ahí ya hay gigantes como China que pueden tener más posibilidades; si es una subasta no estará tan claro. En los temas políticos esta candidatura trabaja para todos y es mucho más que poner dinero, es poner la caña para que aparezcan recursos que puedan ser invertidos en el baloncesto. Si estuviera claro no me daría las palizas que me doy. De San Francisco a Nueva Zelanda, Zagreb, África, Asia...
-De momento impulsaría la construcción de un gran pabellón en Sevilla, tan necesario.
-El beneficio será mucho más que en infraestructuras, hay un programa integral con acciones sociales, de promoción, turismo, queremos que esté todo el mundo, desde los colegios al Cajasol. A día de hoy podríamos hacer el mundial en un 80% y el otro 20% lo podríamos hacer en otra ciudad. No hay nadie que tenga las infraestructuras y la relación calidad-precio que tenemos nosotros. Consideramos el Mundial como un congreso donde a la gente no sólo se le va a dar partidos, sino unos atractivos de ciudades, un paquete.
-¿No está muy parado el deporte en Sevilla?
-Todos los agentes deberían tener claro en qué ciudad queremos vivir. Hay buenos profesionales pero al proyecto de Sevilla le falta alma. Es una ciudad que necesita proyectos concretos. No vale eso de vamos a hacer la ciudad del deporte. No hay un análisis conjunto de la situación de la juventud, de la mujer, de atender la demanda del que quiere practicar deporte como divertimento. El problema del deporte son los fundamentalistas, por no hablar de los expertos, que son los que desconocen lo elemental. Por ellos fracasan las leyes. Un experto desconoce por qué un joven prefiere una botellona. La clave es que todo sea compatible, tender a una vida sana y que el deporte no se entienda sólo como sacrificio y esfuerzo...
Puede leer la entrevista completa en la edición impresa de El Correo de Andalucía.
