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Al Fatah acusa a Hamás de ahondar la brecha que separa a los palestinos

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, abrió ayer el sexto congreso en Belén de su formación nacionalista Al Fatah acusando al movimiento islamista rival, Hamás, de ahondar la brecha en el seno del pueblo palestino.

el 16 sep 2009 / 06:43 h.

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El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, abrió ayer el sexto congreso en Belén de su formación nacionalista Al Fatah acusando al movimiento islamista rival, Hamás, de ahondar la brecha en el seno del pueblo palestino.

"Hamás ha ahondado la brecha que nos separa", afirmó Abás en alusión a que la organización islamista impidió salir de Gaza a 350 miembros de Al Fatah que iban a representar a la franja en la conferencia, que tendrá lugar durante tres días en la ciudad cisjordana de Belén.

Abás dirigió a esos compromisarios el mensaje de "no os preocupéis, estáis en nuestro corazón y os sacaremos de Gaza", que sirvió de entrada a un discurso de dos horas que dedicó a victimizar a la formación nacionalista y defender su línea de moderación. "Desde el inicio levantamos sospechas" aseguró, antes de repasar la trayectoria de su movimiento, que a lo largo de medio siglo de existencia, dijo, fue "incomprendido", tanto cuando practicaba la lucha armada como en la actualidad.

Tras recordar que "rechazamos todo tipo de terrorismo desde 1998" -año en que Al Fatah reconoció el derecho a existir del Estado de Israel-, equiparó a "un negociador y un miliciano" porque, explicó, los dos tienen como misión "la lucha por la libertad".

Reiteró su postura de negociar una salida al conflicto con Israel "mientras haya alguna posibilidad" aunque matizó que en caso de que "esa opción estratégica" fracase "nos reservamos el derecho a la resistencia", con lo que arrancó la mayor ovación de la sesión. Abás se cuidó, no obstante, de calificar de "armada" esa "resistencia", que dio a entender que sería de carácter civil. También precisó que se produciría "bajo las leyes internacionales".

La referencia a la "resistencia" es habitual en las reuniones de los grupos políticos palestinos pero no pasa de marginal en el borrador de la declaración final de la conferencia, que subraya los aspectos políticos del conflicto con el Estado judío. De 41 páginas, el texto hace hincapié en la necesidad de que Israel frene la construcción en sus colonias en suelo palestino como condición para reanudar el proceso negociador, en consonancia con la posición del presidente norteamericano, Barak Obama.

Aparte de aprobar la declaración final, los 2.200 compromisarios que asisten al encuentro renovarán la composición del Comité Central, de 21 miembros y máximo órgano del movimiento, y de la otra instancia principal, el Consejo Revolucionario, de 120 integrantes.

El congreso de Belén, el primero que Al Fatah convoca en dos décadas y en territorio palestino ocupado por Israel, se celebra a puerta cerrada en una sala de conferencias situada al pie de la Basílica de la Natividad y en medio de grandes medidas de seguridad. La cita se fijó el objetivo de que Al Fatah recupere la confianza mayoritaria de los palestinos, que tenía en vida de su histórico líder, Yaser Arafat, cuya muerte en 2004 supuso el principio del fin de la hegemonía del movimiento nacionalista.

Dos años después del fallecimiento de Arafat, Hamás derrotó a Al Fatah en las elecciones palestinas de 2006, y el movimiento nacionalista espera tomarse la revancha en las urnas el próximo enero, cuando están previstos nuevos comicios. La convocatoria de esas elecciones depende, sin embargo, de que los dos movimientos palestinos más representativos acuerden un gobierno de unidad nacional en las negociaciones que mantienen en El Cairo con mediación egipcia y que permanecen bloqueadas. Pero la prohibición de Hamás de permitir la salida de Gaza de los delegados de Al Fatah -en respuesta a la negativa de Abás de liberar a un millar de milicianos islamistas presos en Cisjordania-, no permite abrigar esperanzas de ese bloqueo tenga un pronto final.

Por su parte, el ministro israelí de Información, Yuli Edelstein, consideró la sexta Conferencia de Al Fatah una "declaración de guerra" a su país porque deja abierta la opción de la lucha armada. "No debemos actuar como si no hubiéramos oído. Debemos abandonar el círculo de ilusiones de que estos son moderados que quieren la paz. Dicen explícitamente que apoyan continuar con la lucha armada", dijo.

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