Al menos nueve personas murieron de forma violenta en México, dos de ellas decapitadas, informaron fuentes oficiales y periodísticas.
Dos cuerpos sin cabeza envueltos en mantas y abandonados en barriles de plástico fueron localizados por la policía del municipio de Apodaca, del estado de Nuevo León, fronterizo con Estados Unidos.
La alerta provocó que efectivos del ejército, las policías estatales y municipales se desplazaran a un camino vecinal de la Carretera Santa Rosa de Apodaca, municipio situado al norte de la zona metropolitana de la ciudad de Monterrey. En el lugar se encontraron los cuerpos de dos hombres decapitados que estaban en el interior de dos barriles de plástico, envueltos en mantas. Los agentes de los servicios periciales de la Policía Ministerial precisaron que los hombres habían sido asesinados pocas horas antes.
El crimen ocurre un día después de que fueran encontradas dos cabezas incineradas en otro municipio de la zona metropolitana, aunque las fuerzas de seguridad descartaron que los cráneos descubiertos el miércoles pertenezcan a los hombres asesinados ayer. Por el momento se desconoce la identidad de las dos personas muertas, de las que sólo ha trascendido que son jóvenes.
Asimismo, en el estado sureño de Guerrero fueron hallados dos cuerpos con muestras de violencia. Uno de ellos se encontraba en un barranco en la Autopista del Sol, en los límites de los estados de Guerrero y Morelos. El cadáver tenía las manos atadas a la espalda y presentaba varios impactos de bala de gran calibre, como la usada por los fusiles de asalto AK-47, arma habitual del narcotráfico. En el lugar se hallaron varios casquillos de bala de dichas características.
El otro cuerpo se encontró en un domicilio particular del municipio de Zihuatanejo de Azueta, con ocho heridas de arma blanca. El fallecido, una persona de 32 años, fue identificado como Uriel Arriaga Carranza.
Fuentes periodísticas detallaron además el hallazgo de tres personas muertas en el sureño estado de Michoacán y una en Chihuahua (norte), así como el cadáver de un mando municipal de seguridad en Morelos (centro).
En los últimos dos años México ha registrado cerca de 8.000 muertes relacionadas directamente con la violencia del crimen organizado, centrada sobre todo en estados norteños como Chihuahua y Sinaloa y en territorios del sur del país como Guerrero y Michoacán. Este año, la cifra de fallecidos sobrepasa los 5.300, casi el doble que en 2007.
