Economía

Alcalá de Guadaíra se prepara para una gran inversión solar

La empresa malagueña Ansasol compromete 164 millones de euros en un parque fotovoltaico. La compañía proyecta otra planta, de menor dimensión, en la localidad sevillana de Guillena.

el 23 may 2014 / 15:50 h.

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La compañía de ingeniería y gestión energética Ansasol, con sede en Marbella y propiedad del empresario alemán Robin Schöck, proyecta un gran huerto solar entre las localidades sevillanas de Alcalá de Guadaíra y Utrera, cuya inversión estimada ronda los 164 millones de euros. A pesar del recorte en las primas (ayudas) públicas por parte del Estado a las renovables, la sociedad malagueña asegura que tiene capacidad suficiente para acometer esta planta fotovoltaica, que se sumará a otras dos andaluzas todavía sobre plano y en distintas fases de tramitación en los municipios de Guillena y Puerto Real. Parque de paneles fotovoltaicos adaptados al terreno construido por la compañía Ansasol en la localidad malagueña de Casabermeja. / ANSASOL Parque de paneles fotovoltaicos adaptados al terreno construido por la compañía Ansasol en la localidad malagueña de Casabermeja. / ANSASOL El nuevo proyecto fue presentado ayer por Ansasol al alcalde alcalareño, Antonio Gutiérrez Limones. Dos años lleva de trámites y, si todos reciben el OK, la construcción podría iniciarse en el segundo semestre de 2015 para finalizar e inyectar a la red su producción de electricidad «un año más tarde», dijeron fuentes de la compañía. A la pregunta de cómo es posible rentabilizar esta instalación cuando precisamente el tijeretazo público ha paralizado la inversión en energías verdes, respondieron que la clave radica en huertos solares de dimensión mayor que los actuales que pueden verter directamente su generación en la red eléctrica. En concreto, la planta, bautizada como Don Rodrigo, se asentará sobre una superficie, ahora rústica y plana, de casi 300 hectáreas, con paneles fotovoltaicos que sumarán una potencia instalada de 150 megavatios y una generación de 262.000 Mw/h, que es una producción equivalente al consumo anual de 95.000 hogares. «Se trata de una energía limpia, libre de contaminación y no emisora de ruidos que propiciará un ahorro de CO2 (dióxido de carbono) de más de 191.000 toneladas anuales, y además genera un impulso en la zona desde el punto de vista económico y energético que servirá de referencia y ejemplo para otras regiones», resaltó Gutiérrez Limones a través de un comunicado de prensa. En concreto, Ansasol se compromete a generar 350 empleos directos y 84 indirectos durante las obras. Eso sí, una vez en funcionamiento la plantilla se limitaría a 40 trabajadores, que se dedicarían a las labores de explotación y mantenimiento. En la medida de lo posible, el personal será contratado en el entorno, según trasladó al primer edil alcalareño el director comercial de esta ingeniería energética, Javier Estévez. La planta de Guillena, de 100 Mw, inyectará su generación de electricidad a través de la subestación ubicada en este mismo municipio, y está a expensas de la autorización ambiental. La gaditana de Puerto Real es algo mayor,  con unos 110 Mw de potencia instalada, y se encuentra actualmente en fase inicial de tramitación. La alcalareña, por último, tiene autorización de Red Eléctrica –propietaria de las grandes líneas de transporte– para evacuar, y aún le queda la bendición ambiental. La presencia de Ansasol en la provincia de Sevilla data de la expansión de los huertos fotovoltaicos de mediados de la pasada década, un boom al calor entonces de las subvenciones públicas a las energías verdes. Así, en 2008, tras invertir 13 millones de euros, construyó el que sería el primer parque de este tipo en Los Palacios y Villafranca, aunque de pequeñas dimensiones: 23.000 metros cuadrados, una potencia instalada de 2 megavatios, 3,10 millones de kilowatios al año y capacidad para suministrar a 959 viviendas. Ha desarrollado, asimismo, plantas en Antequera y Casabermeja. La compañía se había especializado en huertos solares e instalaciones fotovoltaicas en la industria. ¿La rentabilidad de las plantas mayores? El parón energético abarata el coste de las nuevas instalaciones –al bajar la demanda de componentes– y los precios eléctricos al alza son «las claves», según explicaron las fuentes.

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