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Economía

Almunia aprueba permitir ayudas públicas a los bancos durante 2012 por agravamiento de crisis

El precio de las garantías públicas se fijará teniendo en cuenta el  riesgo de la entidad y no el del país donde está basada.

el 01 dic 2011 / 10:48 h.

El vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia,  Joaquín Almunia, ha aprobado este jueves prorrogar el actual régimen  que facilita la concesión de ayudas públicas a los bancos por parte  de los Gobiernos nacionales. El régimen, que se puso en marcha en  2008 tras la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, vencía  a finales de año, pero el Ejecutivo comunitario ha decidido  extenderlo "todo el tiempo que lo exijan las condiciones del mercado"  por el agravamiento de las turbulencias financieras.

Desde el inicio de la crisis, la banca europea ha utilizado ayudas  públicas por valor de 1,6 billones de euros (el 13% del PIB de la  UE), de las cuales 1,1 billones corresponden a avales y 409.000  millones a medidas de recapitalización y tratamiento de activos  tóxicos, según los datos de Bruselas.

"El agravamiento de las tensiones en los mercados de deuda  soberana ha vuelto a aumentar la presión sobre los bancos de la UE,  lo que justifica la prórroga de las medidas de crisis", ha dicho el  vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín  Almunia.

"Continuaremos insistiendo en la reestructuración y la limpieza de  los balances donde sea necesario, para ayudar a romper el círculo  viciosos entre la crisis de deuda soberana y un sector financiero  débil. Al aplicar las reglas, la Comisión tendrá plenamente en cuenta  los elementos que indiquen que un banco puede ser viable a largo  plazo sin necesidad de una reestructuración importante", ha  explicado.

La prórroga incluye como principales novedades un método de  cálculo para garantizar que los Estados reciban una remuneración  adecuada si recapitalizan sus bancos usando instrumentos, como  acciones ordinarias, cuya remuneración no está fijada de antemano.  Así, las acciones deben ser suscritas por el Estado con un descuento  adecuado respecto al último precio dependiendo, entre otras cosas,  del porcentaje de capital que se quede el Estado sobre el total y de  si las acciones tienen o no derecho de voto.

En cuanto a los instrumentos híbridos, deberán incluir mecanismos  alternativos de pago del cupón para permitir que si el banco no puede  pagar en efectivo lo haga en acciones.

También se ha revisado la fórmula para calcular el precio de los  avales públicos para las emisiones de deuda de la banca. El objetivo  es garantizar que refleje el riesgo de cada banco y no el riesgo del  Estado miembro en el que está basado o el del mercado en su conjunto.  Los ministros de Economía de los Veintisiete acordaron este miércoles  renovar en 2012 el sistema de garantías nacionales y descartaron un  aval conjunto de la UE.

Las nuevas reglas se aplican para las garantías que cubran deuda  con un vencimiento entre uno y cinco años (siete en el caso de bonos  cubiertos). Las reglas para vencimientos más cortos seguirán siendo  las mismas.

REESTRUCTURACION DE LOS BANCOS SUBVENCIONADOS

La Comisión continuará exigiendo a los Estados miembros que  presenten un plan de reestructuración (o la actualización de un plan  que ya haya sido aprobado) para todos los bancos que reciban ayudas  públicas en forma de recapitalización o tratamiento de activos  tóxicos, ya sean nacionales o del fondo de rescate de la UE.

El Ejecutivo comunitario podrá decidir que la reestructuración no  es necesaria teniendo en cuenta una serie de criterios como si el  problema de capital se debe a una crisis de confianza en la deuda  soberana, si la inyección se limita a lo necesario para compensar las  pérdidas por marcar los bonos soberanos a valor de mercado en bancos  que de otro modo son viables y si la entidad en cuestión no ha  adquirido un riesgo excesivo al comprar deuda pública.

Los bancos que no han sido recapitalizados pero se benefician de  avales públicos para emitir deuda no tendrán que presentar planes de  reestructuración. Sólo los que recurren con mucha frecuencia a las  garantías de su Estado estarán obligados a presentar a Bruselas  revisiones de viabilidad.

Estas reglas se aplicarán al plan aprobado en octubre por los  líderes europeos para recapitalizar los grandes bancos europeos con  106.000 millones de euros, con el objetivo de que puedan resistir a  los problemas.

Los bancos españoles son, tras los griegos, los que más capital  adicional necesitan, alrededor de 26.000 millones de euros, según los  cálculos de la Autoridad Bancaria Europea. Los líderes europeos  quieren que, en primer lugar, busquen fondos en el mercado privado y  sólo si no los logran acudan a las ayudas públicas.

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