Julián Álvarez se subió ayer a una excavadora frente al hotel El Algarrobico, en Carboneras (Almería), para denunciar el urbanismo "especulativo y depredador" que ha "tolerado" el gobierno socialista y que está "destrozando" el litoral. El candidato de Coalición Andalucista defendió el derribo del edificio y exigió a Manuel Chaves que pague de su propio bolsillo los perjuicios económicos derivados de la demolición y las indemnizaciones a las promotoras. "La política del PSOE, entre la naturaleza y el cemento, ha elegido lo segundo, y ese es el camino para dilapidar nuestros recursos naturales", criticó.
El líder nacionalista explicó que Andalucía "tiene ocupado el 22% de los primeros 500 metros de litoral". Su propuesta, aseguró, defenderá la preservación de los espacios naturales y promoverá un turismo de calidad y ecológico.
Álvarez aprovechó el viaje a Almería para visitar la desaladora de Carboneras, que está acaparando el discurso electoral por el posible trasvase de agua a Cataluña. Tildó la medida, respaldada por Chaves, de "disparate". "El déficit de agua en esta provincia es muy grande y no vamos a permitir que se vaya ni una gota", advirtió. "En vez de un trasvase, lo que la Junta debería haber hecho son las conducciones que hacen falta en Almería", lamentó.
