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'Andrés sabe que su hermano le ha salvado'

El pequeño Andrés, de 7 años, estaba condenado a morir antes de los 35, pero hoy es un niño sano. El Virgen del Rocío anunció ayer la curación del pequeño después de haberle realizado un trasplante de médula de su hermano Javier. Éste nació en octubre tras ser seleccionado genéticamente.

el 15 sep 2009 / 23:58 h.

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El pequeño Andrés, de 7 años, estaba condenado a morir antes de los 35, pero hoy es un niño sano. El Virgen del Rocío anunció ayer la curación del pequeño después de haberle realizado un trasplante de médula de su hermano Javier. Éste nació en octubre tras ser seleccionado genéticamente.

Javier nació tras un proceso de diagnóstico genético preimplantatorio (selección de embriones antes de implantarlos en la mujer), en primer lugar, para que no heredase la enfermedad que sus padres le habían transmitido a su hermano y, en segundo término, para que fuera 100% compatible con su hermano a fin de que el transplante de médula de Javier a su hermano enfermo tuviera las mayores garantías de éxito. Andrés es ahora el primer caso en el mundo de un enfermo de beta-talasemia (una anemia congénita y hereditaria) que ha sido curado tras la selección genética de su hermano.

"Andrés tiene el alta médica desde el pasado 18 de febrero, está en condiciones francamente buenas y tenemos la certeza de que va seguir así el resto de su vida", explicó José María Pérez Hurtado, jefe de la Unidad de Hematología Infantil del hospital sevillano. "El reto ahora es incorporarlo lo antes posible a la vida social", aseguró el especialista.

El pequeño tiene siete años. Su hermano, Javier, nació el 15 de octubre para curarlo de beta-talasemia, un mal que destruye los glóbulos rojos. Casi desde que nació tiene que someterse a continuas transfusiones de sangre cada 15 días. Un sencillo cálculo y salen más de 150 en sus apenas siete años de vida. Y nada de esto le permitiría vivir más allá de los 35 años. La única solución posible era un trasplante de médula de una persona que fuera compatible con él.

"La buscamos entre los más de 11 millones de muestras de médula que hay registradas en todo el mundo y no había ninguna compatible, por eso tuvimos que recurrir a un segundo hijo seleccionado genéticamente", apuntó Guillermo Antiñolo, director de la Unidad de Genética y Reproducción del Virgen del Rocío.

Este proceso fue puesto en marcha en 2005 por la unidad que dirige Antiñolo. Consiste en obtener, mediante fecundación in vitro, embriones de la pareja: éstos se analizan y, para este caso, se escogieron los que no portaban la enfermedad que los padres le transmitieron a Andrés (la beta-talasemia) y, al mismo tiempo, eran 100% compatibles con el hermano, para que el futuro trasplante de médula tuviera las mayores garantías posibles.

Cinco semanas de tratamiento. Según detalló Antiñolo, este proceso no está indicado en todos los casos, apenas en las anemias e inmunodeficiencias congénitas severas y en leucemias con base genética, aunque en estos casos la posibilidad de éxito se reduce ya a la mitad (entre un 30% y 50%).

Una vez obtenidos los embriones, éstos fueron implantados en Soledad, la madre. Uno de ellos, Javier, prosperó y nació el pasado octubre. Los médicos extrajeron entonces la sangre de su cordón umbilical, que es una potente fuente de células madre. Éstas fueron almacenadas y cultivadas por el Banco de Cordón Umbilical de Málaga para, finalmente, ser implantadas en Andrés para curarlo.

El tratamiento duró cinco semanas, detalló Pérez Hurtado. A mediados de enero, Andrés entró en una cámara de ambiente protegido, una habitación absolutamente esterilizada y aislada del exterior. A partir de aquí, los médicos siguieron el proceso habitual para un trasplante de médula. Durante la primera semana, Andrés fue sometido a un proceso intenso de quimioterapia en vena para acabar con las células de su médula ósea.

El trasplante de células de Javier se realizó la semana siguiente, el 23 de enero. "A las tres semanas éstas comenzaron a desarrollar la médula y los componentes de la sangre", agregó Álvaro Urbano, jefe del servicio de Hematología del Virgen del Rocío.

Varios días después, el 18 de febrero, Andrés recibió el alta. "Hemos comprobado que su sangre es, al 95%, idéntica a la de su hermano Javier, esto significa que el trasplante de médula ha ido bien", apuntó Pérez Hurtado.

El pequeño no sólo está curado sino que tiene una garantía: "En el caso improbable de que en el futuro haya un rechazo, siempre estará Javier para volver a cederle las células para otro trasplante", dijo Urbano.

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