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Ángeles González Sinde, quédate

Te invitan a unirte a sus grupos en Facebook. Difunden su mensaje a través de blogs. Entonan su mantra en los diarios digitales; aún no lo he escuchado en bares, ni en la cola de la frutería, pero sí rematando una noticia en la web de este periódico, sobre la intervención de Ángeles González-Sinde durante un pleno del Congreso...

el 16 sep 2009 / 02:05 h.

Te invitan a unirte a sus grupos en Facebook. Difunden su mensaje a través de blogs. Entonan su mantra en los diarios digitales; aún no lo he escuchado en bares, ni en la cola de la frutería, pero sí rematando una noticia en la web de este periódico, sobre la intervención de Ángeles González-Sinde durante un pleno del Congreso. Y es que tras las palabras razonadas y justas de la ministra, anunciando que dialogará por extenso con los internautas antes de decidir en torno al uso de la red como barra libre ?la metáfora es mía y avanza en el más sabroso de los sentidos, no me malinterpreten? para la cultura, sucedía un lector que recuperaba la consigna: "Sinde, pírate".

Tanto me sorprendió el nombramiento de González-Sinde como la respuesta inmediata y desmesurada de la Asociación de Internautas, desde la que se impulsó una campaña contra la ministra horas antes de tomar posesión del cargo. Ingenua de mí, creo que pensar mal no es acertar, que un voto de confianza no cuesta nada, y que la postura de González-Sinde como presidenta de la Academia de Cine respondía a la defensa de unos intereses ?tan legítimos como los de la Asociación? que en el Ministerio armonizará con otros. Y que la González-Sinde gestora es una, y la artista otra, y por tanto no me parece lógico desacreditar un trabajo que gustará o disgustará, pero que discurre por caminos diferentes.

Por eso, y aunque no estoy de acuerdo con la mayoría de las opiniones que expresó a propósito del canon, por ejemplo, y entonces me reconozco susceptible de integrar el grupo de internautas indignados, sí considero excesiva la carga de tintas contra alguien que ni siquiera ha tenido tiempo para equivocarse. Prefiero a alguien que conoce de primera mano la situación de la cultura, no a un burócrata que encadena carteras comodín. Y desde luego González-Sinde, con todos sus errores, que los tendrá, y sus aciertos, que también existirán, me provoca más confianza que quienes piden su cabeza con el sillón frío aún.

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