El Ayuntamiento ha decidido frenar la ampliación del tranvía hasta Santa Justa para poder consensuar y estudiar detenidamente el proyecto. Prevé definirlo durante este mandato para que la obra empiece en el próximo, a partir de 2011. Eso sí, acelerará el proyecto para que el tranvía llegue al apeadero de San Bernardo, un tramo sin complicaciones.
La decisión política obedece a que el tramo hasta Santa Justa es difícil de ejecutar porque es complejo técnicamente, muy costoso y no tiene el respaldo ciudadano. Por eso los responsables municipales han determinado que la prioridad es el trazado entre el Prado y el apeadero de Renfe de San Bernardo, junto a Viapol.
No en vano, el plazo de alegaciones al proyecto terminó el pasado lunes y se han recogido alrededor de 300 modificaciones, la gran mayoría centradas en el trazado que discurre en el mapa por Ramón y Cajal, San Francisco Javier, Luis de Morales y Kansas City.
Incluso Izquierda Unida, socio del PSOE en el Gobierno local, planteó un trazado alternativo por la avenida de la Buhaira, con menos viajeros potenciales, pero más rápido y mucho más barato porque no requiere la construcción de ningún paso soterrado. El de San Francisco Javier con Ramón y Cajal se presupuestó en 12 millones de euros. Eso sí, en el caso de que el tranvía fuese por la Buhaira, circularía justo por encima de la línea del tren de Cercanías que une el apeadero de San Bernardo con Santa Justa. Un servicio que apenas se utiliza en la actualidad.
Además, el proyecto planteado por los socialistas requiere una gran reordenación del tráfico en Nervión, porque tanto IU como muchas asociaciones de vecinos, ecologistas y organizaciones sociales rechazan de plano que se mantenga o se aumente el número de carriles para los vehículos privados.
Con el tranvía sólo cabe que se potencie el transporte público y se reduzcan los coches. Así pues, ¿cómo se canalizarán los 41.000 vehículos que pasan al día por San Francisco Javier y Luis de Morales o los 31.400 de Kansas City-Luis Montoto? Además, el Consistorio pretendía construir aparcamiento para financiar la obra, lo que requiere una larga tramitación. Estos parking, además, podrían ser un reclamo para no dejar el coche, efecto contrario al deseado.
Otro de los escollos es la financiación. El proyecto de ampliación planteado costaría 72 millones de euros, de los que la Junta pagaría alrededor de la mitad. Sin embargo, el Consistorio sólo tiene un compromiso verbal de la Junta. La prolongación del Metrocentro hasta San Bernardo, en cambio, supondría una inversión muy por debajo de 20 millones de euros, puesto que es un tramo de 880 metros en línea recta sobre una vía amplia.
El Ayuntamiento sí podría asumir este gasto e incluso mantener los plazos: que el tranvía llegue al apeadero de Viapol en 2010, algo que también se recoge en el programa electoral socialista. De hecho, la obra sólo duraría, según los primeros estudios, alrededor de seis meses.
En cambio, llevar el Metrocentro hasta Santa Justa requerirá una gran inversión y una obra más compleja y larga, por lo menos, de 18 meses. En este caso, los plazos dados por el Consistorio no se cumplirán.
