"Ojalá las elecciones andaluzas sean separadas y ojalá que sepamos pronto la fecha, porque todavía pueden coincidir y me baso en que el presidente Griñán siempre hace lo contrario de lo que dice, y hasta finales de septiembre no lo sabremos". Así respondió ayer el líder del PP-A, Javier Arenas, a la llamada de la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, para que los populares zanjen el que Díaz llamó "el culebrón del verano".
El "culebrón" es probable que siga mientras Griñán no anuncie la fecha definitiva. Su advertencia de que podría apurar al máximo el plazo legal y agotar la legislatura hasta mayo, convocando el último domingo de abril en vez del 4 de marzo que fue la primera fecha que sugirió, ha dado munición al PP para denunciar que "después de 30 años aún piden prórroga". Arenas insistió en que su posición es la misma:si las elecciones no coinciden y no son en mayo, lo que considera "inconstitucional", él lo apoyará. Mientras, espera que los meses que restan "no sean perdidos" y tendió la mano a pactos en materia educativa, de política económica, reforma de las administraciones y austeridad, que concretó en "un gran pacto sobre el gasto corriente en el envoltorio de los presupuestos de 2012", que actualmente están en elaboración. Las otras reformas "sobre las reglas del juego", dijo en alusión a las medidas de regeneración democrática anunciadas por Griñán, no tocan. "Creo que en la historia democrática no hay costumbre de hacerlas al final de las legislatura", denunció.
Arenas volvió a atacar sobre todo la incompatibilidad entre el cargo de alcalde y diputado que impedirá a los regidores tener escaño en el Parlamento, una medida que tras la victoria popular del 22-M afecta sobre todo a regidores del PP. Pidió a Griñán que no vea a los alcaldes como "enemigos públicos".
