Clemente Porras y Adolfo Sagrista, socios junto con Carlos Porras de Arcadia Arquitectos, cuentan entusiasmados el proyecto que en unos meses empezarán a hacer en Orán después de ganar un concurso internacional de ideas. Al norte de la ciudad, junto al Puerto, en la fortaleza de Rosalcázar, una de las 30 que los españoles construyeron en la capital durante los más de 200 años que estuvo bajo su mando, se levanta un edificio de 20 plantas, mastodóntico, que ni encaja con el entorno ni con la estética de la ciudad. Pero, pese a la agresión que supone esta construcción, las máximas autoridades de Argelia decidieron en 2008 mantener la estructura -un esqueleto de hormigón sin más- y convertirla en la nueva sede del Ayuntamiento de Orán. Para unos profesionales especializados en recuperación de Patrimonio, el reto era doblemente difícil.
"Como el edificio es demasiado preponderante, había que quitarle fuerza, suavizarlo", explica Clemente. Y la manera por la que apostaron es la que se ve en las imágenes: los arquitectos sevillanos quieren recubrir la estructura de hormigón con una malla de acero tubular con la que lograr que el nuevo ayuntamiento "se funda con el paisaje", remacha Adolfo. Una vez logrado este objetivo, el siguiente punto era conseguir "aislar" el edificio administrativo del uso turístico que en un futuro presuponen estos arquitectos que tendrá la fortaleza de Rosalcázar. Por eso, proponen un entrada subterránea en la que se realizarían todos los controles de seguridad (uno de los aspectos que más preocupan a las autoridades argelinas) y desde la que se accedería también a un aparcamiento con alrededor de 400 plazas. "Con esta entrada evitamos que todos los trabajadores accedan al ayuntamiento por la fortaleza. Al edificio lo rodeamos, además, de zonas ajardinadas con las que impedir que los vehículos tomen la zona", apunta Adolfo. El proyecto que ha ganado el concurso de ideas está valorado en 22 millones de euros. La licitación de las obras -que dirigirá también Arcadia Arquitectos- podría producirse el próximo verano. La intención de la ciudad es que la ejecución de los trabajos recaiga en una empresa extranjera. Adolfo y Clemente confían en que pueda ser española. Así resultaría más fácil la supervisión de la construcción de la malla que recubrirá el edificio.
Estos arquitectos sevillanos conocen Orán al dedillo. Cada recoveco, cada joya arquitectónica ruinosa, ha quedado inmortalizado en sus cámaras de fotos. Y todo lo que muestran resulta familiar. El pasado español de la ciudad hace que sus edificios estén distribuidos, construidos y decorados con materiales idénticos a los usados en la arquitectura andaluza. "En Orán comentan lo bien que cuidamos los andaluces edificios como la Alhambra, la Giralda o la Mezquita, por ejemplo. Y el dinero que sacamos por ello", confiesa Clemente.
El proyecto del nuevo ayuntamiento no será probablemente la única huella que dejen estos sevillanos en la ciudad de Orán. En la misma fortaleza de Rosalcázar se encuentra el conocido como Palacio del Bey, una construcción a la que el paso del tiempo no ha perdonado. Agrietado y con claros problemas de cimentación, las autoridades oranenses se han propuesto recuperar también este enclave. A este concurso también optó Arcadia Arquitectos, "y ya nos han dicho que hemos pasado los cortes", se congratula Adolfo.
En el mundo, la arquitectura sevillana no sólo es conocida por nombres tan reconocidos como Cruz y Ortiz o Vázquez Consuegra. Estudios como Idom -encargado de hacer la nueva universidad de Misratah (Libia)- o Arcadia Arquitectos, en Orán, son el mejor ejemplo del buen hacer de los profesionales del lápiz y la regla.
