Con un fútbol aseado y Salva Sevilla erigido en goleador, el Real Betis regresó al anhelado liderato de Segunda División. Logró su irrenunciable reto enterrando su virtuosismo y apostando por un sistema equilibrado, un 4-4-2 que desconectó la resistencia de una UD Salamanca ordenada y solidaria.
De inicio, el técnico del plantel castellano, el cordobés Pepe Murcia, trató de asfixiar a Achille Emana con un marcaje al hombre del ex bético Zamora, atento al corte y muy inteligente en el repliegue sin balón.
Mel dispuso un esquema en el que Salva Sevilla, soberbio, e Iriney, peón de calidad, ejercieron en la medular. El Betis circuló con agilidad en las transiciones y buscó dinamitar la resistencia roja con rápidas internadas por banda. Rubén Castro y Ezequiel percutieron sobre la línea de flotación charra, amparada en la solidez de Sito Castro, lento, en la siniestra y Juanpa, dadivoso, en la diestra.
El cuadro heliopolitano fabricó ocasiones y mostró un repertorio de virtudes en la definición. El Salamanca respondió con un retroceso generalizado en las líneas.
En la segunda mitad, y con 1-0 en el electrónico, el preparador verdiblanco recordó su apuesta de Montilivi y entregó la custodia del triunfo a Arzu, que, con la segadora sobre el césped, coaccionó el fútbol ofensivo de la UD. En los instantes finales, Pepe Murcia reordenó su dibujo y dispuso un 4-3-2-1. Brian Sarmiento acarició el 1-1 y Lesma López se disfrazó de protagonista al final. Con Arzu de dique de contención y Rubén Castro de llanero solitario.