Rebecca Gallagher, una galesa de 25 años, se quedó helada cuando descubrió en la etiqueta de un vestido, que había comprado por 10 libras en un local de ropa, un pedido de auxilio: "Forzados a trabajar durante horas exhaustas", reveló el diario South West Evening Post. "Me sorprendí cuando fui a ver las instrucciones de lavado y me encontré con el mensaje", dijo al Evening Post. "Honestamente, nunca pensé demasiado en cómo se hace nuestra ropa. Pero esto realmente me hizo pensar en cómo conseguimos la ropa barata. No tengo idea quién puso la etiqueta ahí, pero me quedé seca", contó la joven, mamá de una nena de tres años.