José María Aznar durante su discurso en el Congreso nacional del PP.
Como en cada cita importante del PP, el discurso del expresidente José María Aznar había levantado una gran expectación y sus palabras no defraudaron a sus afines. Aznar volvió a recurrir a los mensajes que sitúan al partido en el ala más a la derecha, con llamadas continuas a la "unidad de España", al "patriotismo" y con un lenguaje firme contra ETA, que arrancó encendidos aplausos. El expresidente arremetió con dureza contra el anterior Ejecutivo socialista, al que calificó como "el peor Gobierno de la democracia". Acusó al equipo de Zapatero de "mentir" sobre la crisis, de ser "incompetente", de dejar una herencia que es un "inmenso pasivo" y de negociar con la banda terrorista. Pero después del 20-N, dijo, los españoles han querido "poner fin a la división y a la discordia" con un respaldo masivo al PP en las urnas. El presidente de honor del partido puso en valor que el PP haya logrado un triunfo "histórico" y que los españoles lo han votado para que saquen al país del agujero económico. "Vamos a cumplir nuestro compromiso. Tenemos la determinación de hacer lo que España necesita, y eso se llama patriotismo", defendió. Sin referencias expresas a la reforma laboral o a la subida de impuestos, exigió a Mariano Rajoy que ponga en marcha de manera "inmediata" las reformas necesarias para el país. Llegó a decir que "hay que echarse el país a las espaldas".
A su juicio, solo España escapaz de demostrar una "resistencia única" ante la crisis porque es "una gran nación". La recesión sólo tendrá un "camino: el de la unidad nacional y la vertebración", afirmó. Por eso insistió en que no es casual que los españoles hayan depositado una confianza "abrumadora" en el PP, que es el "único" partido "capaz de vertebrar España".
Lo más aplaudido de su discurso fueron las referencias a ETA. "Hay que aplicar sobre los verdugos todo el peso de la ley. Hay que guardar y hacer guardar la memoria, la dignidad y la justicia que merecen las víctimas", señaló. A poco más de un mes de las autonómicas, el expresidente tuvo un gesto hacia el candidato popular a la Junta: "Ha llegado el tiempo de Javier Arenas", aseguró. Se mostró convencido de que a Manuel Fraga, recientemente fallecido, le hubiera gustado mucho verle ganar el próximo 25 de marzo.
