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Berlín resucita a River Phoenix veinte años después de su muerte con Dark Blood

El director holandés George Sluizer suple con narraciones en off las escenas sin rodar.

el 14 feb 2013 / 19:32 h.

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ALEJANDRO ÁVILA (enviado especial) Berlín había conseguido atraer las miradas de medio mundo con una noticia sensacional: River Phoenix resucitaría, veinte años después de su muerte por sobredosis, con la película Dark Blood (George Sluizer). A tan solo diez del término del rodaje, su fallecimiento dejaba incompletas casi todas las escenas de interior, se extinguía una carrera plagada de premios y una mezcla explosiva de drogas acababa con su vida a las puertas del club regido por su amigo Johnny Depp. Resulta turbador, cuanto menos, ver una película en la que sabes que el protagonista morirá unos días después de rodar esas escenas y al escuchar en off la narración de las escenas que no pudieron grabarse. El protagonista de la historia se llama Boy (River Phoenix), un chico indio que vive en la soledad del desierto hasta que llega una pareja de actores acomodados. Boy se enamorará de Buffy (Judy Davis) y ahí empezará su tragedia y la de Harry (Jonathan Pryce). La película tiene un regusto a western tardío con pinceladas existencialistas: el individuo enfrentado a las circunstancias, despojado de cualquier ilusión de poder ante la naturaleza salvaje del entorno, la fauna y el propio hombre. El experimento, en cualquier caso, resulta tremendamente interesante y, lo que es todavía mejor, funciona. La historia consigue salir adelante, a pesar de que faltan casi todas las escenas de interior, aquellas en las que en el personaje queda retratado. La cinta destaca también por su banda sonora new age, tan propia de los noventa, y una factura muy clásica a bases de planos sostenidos. La otra sorpresa que nos ha deparado la jornada de competición de la Berlinale ha llegado desde Asia Central con la coproducción germano-kazaja ‘Harmony Lessons' (Emir Baigazin). Con su ópera prima, el autor asiático domina la técnica ofreciendo un universo muy personal, basándose en el microcosmos de un instituto, donde la autoridad y el acoso son los temas principales.

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