Bruno y Portillo chocan y bromean durante el entrenamiento del viernes / Foto: Inma Flores
El Betis acumula siete jornadas sin perder, tiene 19 de esos 21 puntos a buen recaudo en su caja fuerte y hoy inaugura la segunda mitad de este larguísimo camino que es la temporada en Segunda recibiendo al penúltimo de la fila. El horizonte pinta bien, pero Pepe Mel seguramente habrá motivado a sus futbolistas con un discurso totalmente opuesto al que copa las primeras líneas de esta previa. No hay racha victoriosa, no hay sobreabundancia de puntos y no hay rival fácil. Ni siquiera el Sabadell, segundo por la cola y con la mitad de puntos que el Betis. Hace bien, porque cuando todo marcha a las mil maravillas suele aparecer el exceso de confianza y eso, en esta categoría y en este club, implica daños y perjuicios de dimensiones catastróficas. El conjunto de Heliópolis se presenta ante su afición seis días después de ofrecerle la alegría más grande de la temporada, ese triunfo ante el Sporting que lo ha aupado a la segunda plaza de la Liga. Tiene a tres puntos al líder, la UD Las Palmas, así que no hay que ser licenciado en Matemáticas para saber qué ocurriría si al Betis le diese por extender su serie victoriosa y a los canarios les diese por perder mañana en el campo del Llagostera, donde ya cayó el Valladolid días atrás. Y hasta aquí las cuentas de la lechera, patrocinadas por cualquiera menos Mel, que hace todo lo posible por huir de los números.
Más allá de las conjeturas y las calculadoras, la realidad. El Betis está obligado a ganar al Sabadell. Es una perogrullada que se repite semana tras semana, pero en esta ocasión hay dos motivos a cual más trascendental. El primero, queda dicho, es que una victoria equivaldría a consolidarse entre los dos primeros y dormir con los mismos puntos que el líder, situación inédita desde hace semanas. El segundo es que está tan en racha que un tropiezo, amén de inesperado, sería de una envergadura importante, clasificatoria y anímicamente. En el peor de los casos puede significar la pérdida de tres puestos. Valladolid, Girona y Sporting acechan a sólo dos puntos, así que el pecado acarrea una gravosa penitencia. En la búsqueda del séptimo triunfo en ocho partidos, que en su caso sería el tercero en cuatro, Mel tenía un par de dudas. Una era Piccini, titular indiscutible porque se lo ha ganado, pero sufrió una contractura en El Molinón y no superó la prueba en la mañana de este sábado, así que el titular será Molinero. La segunda era qué hacer con Cejudo, dispuesto a mantenerse en el once a pesar del esguince con el que regresó de Gijón. Al final lo eligió y lo premió, de modo que Portillo vuelve a esperar en el banquillo. También podía haber dudas en ataque, aunque la exitosa apuesta de Jorge Molina con Rubén Castro se antojaba fiable una semana más y así se comprobó en la alineación. También la de Dani Ceballos junto a Xavi Torres, tal como confirmó el propio míster.
El Sabadell vuelve al Villamarín, dos décadas después, penúltimo pero en un buen momento: empató en Pamplona y con el Sporting y antes ganó al Recreativo. También acaba de repescar al delantero mexicano Aníbal Zurdo, que no ha triunfado en el Cruz Azul después de sí hacerlo la pasada campaña como arlequinado (18 goles). El técnico, Álex García, tiene cinco importantes bajas por lesión:Tamudo, Gato, Hervás, Crespí y Longás. REAL BETIS: Adán; Molinero, Bruno, Jordi, Varela; Portillo, Xavi Torres, Dani Ceballos, Pacheco; Jorge Molina y Rubén Castro.
CE SABADELL: Nauzet; Cristian, Carlos Hernández, Kiko Olivas, Víctor; Hidalgo, Yeray, Eguaras; Collantes, Benja y Marcos.
Árbitro: Eiriz Mata (Comité Gallego).
Estadio: Benito Villamarín.
Hora: 18.00. TV: www.laligatv.es / TV 3
