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Blair entra en la campaña para intentar salvar a Gordon Brown

Los tres debates electorales han hundido al ‘premier' en las encuestas.

el 30 abr 2010 / 19:38 h.

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Gordon Brown saluda a un par de simpatizantes durante un mitin electoral en Birminghan, en el día de ayer.
El ex primer ministro británico Tony Blair, que, salvo una breve aparición el mes pasado en su antigua circunscripción del norte de Inglaterra, ha estado casi invisible últimamente, se sumó ayer a la campaña laborista en un intento de darle algo más de lustre e intentar recuperar la imagen del candidato laborista después de que ésta haya caído tras el tercer y último debate de cara a las elecciones del próximo jueves.


Aún más moreno de lo habitual aunque con aspecto un poco envejecido, el antiguo líder laborista departió amablemente con los empleados de un centro de salud del norte de la capital británica, tras subirse una manga de la camisa y dejar que una enfermera le tomara la tensión. Su comparecencia en esa policlínica debía haberse producido hace dos semanas, pero Blair -actual enviado para Oriente Medio del Cuarteto (EEUU, UE, Rusia y la ONU)- se quedó atrapado en Jerusalén por culpa de la nube de ceniza del volcán islandés que obligó a cerrar durante varios días el espacio aéreo.


Preguntado por los periodistas si su participación en la campaña cuando falta tan poco para las elecciones del 6 de mayo va a cambiar algo, Blair señaló que no se trata de eso. Criticó que, vista desde fuera, la campaña parece reducirse a debates por televisión y a quién sube o baja en los sondeos. Blair dijo que no cree en las encuestas, que sitúan a su partido en tercera posición, detrás de conservadores y liberal demócratas, y afirmó que los laboristas podrían incluso lograr su cuarta victoria consecutiva en las urnas.


"Pero la forma de tener éxito, y no creo que haya discusión al respecto, es centrándonos en la política", explicó en conversación con los periodistas. "Con una novedad como son los debates por televisión -agregó Blair- todo se reduce a quién está arriba y quién abajo, pero, una vez llegados a los últimos días, creo que la gente tratará de ver quién tiene mejores respuestas para el futuro, quién tiene el impulso y la energía para llevar adelante al país".


Terminadas sus palabras con la prensa, Blair se quitó inmediatamente el micrófono, tal vez recordando el desliz de su sucesor, Gordon Brown, cuando el miércoles y con el micrófono aún abierto calificó de "intolerante" a una mujer que le había interpelado poco antes sobre "la manada de europeos del Este" que han llegado en los últimos tiempos a este país. Las palabras de Brown, pronunciadas cuando subía a su coche tras departir con aquella mujer, votante laborista, han sido ampliamente reproducidas por todos los medios británicos y no han ayudado a la ya difícil campaña.


Último esfuerzo. Ahora, los líderes de los tres principales partidos tendrán que redoblar en los últimos días de campaña sus esfuerzos para convencer a un electorado cada vez más escéptico frente a sus promesas. El más favorecido de los tres debates ha sido el líder liberal demócrata Nick Clegg, que ha pasado de ser prácticamente un desconocido a una auténtica estrella, e incluso cuenta con bastante posibilidades, según las encuestas, de decidir de qué color político será el próximo premier.

No hay nada que parezcan temer más en este momento los conservadores de David Cameron que el llamado Hung Parliament (un Parlamento en el que ninguno de los dos mayores partidos puede gobernar sin apoyo del tercero) y el líder tory ha tratado de meter miedo al electorado con esa posibilidad, que, según él, sería desastrosa para la economía.

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