Esperanza Ferrnández y su marido, el bailaor Miguel Vargas, protagonizaron la noche del martes en Teatro Central una velada flamenca a beneficio de la Fundación Vicente Ferrer. El teatro se llenó y, además de los ya citados y los organizadores, actuaron el gran pianista Dorantes, los cantaores Curro Fernández, Juan José Amador, Enrique el Extremeño y Jesús Corbacho, los guitarristas Miguel Ángel Cortés y Miguel Iglesias, el percusionista José Carrasco y la bailaora Lalo Tejada, que fue la mantenedora de la velada.
Es una lástima que no se editara un programa de mano para el evento, aunque no faltaron los pasquines publicitarios del Centro de Arte Flamenco de Sevilla, cuyos dueños son Esperanza Fernández y Miguel Vargas. Ellos deleitaron a un público afín a la causa y con gran admiración por este matrimonio flamenco.
En casos como éste no es tan importante dejar constancia de lo que hicieron los artistas, sino destacar el motivo del festival. La Fundación Vicente Ferrer es una ONG comprometida con el proceso de transformación de las comunidades más desfavorecidas del distrito indio de Anantapur, en el estado de Anddhra Pradesh. El Senado de España le concedió ayer mismo la Medalla de Oro a título póstumo a este gran hombre, que dedicó gran parte de su vida a luchar por los pobres.
Y ese mismo día, ayer, los flamencos, que siempre están dispuestos a meter el hombro beneficio de cualquier causa justa, le rindieron un homenaje a través de un arte creado y desarrollado por gente pobre y sencilla.
La primera parte la ocupó el bailaor Miguel Vargas, y la segunda la cantaora del Tiro de Línea, dueña de una de las voces más hermosas del cante flamenco actual. Los dos cosecharon muchos aplausos, así como el guitarrista Miguel Ángel Cortés y el pianista Dorantes. En suma, una velada bien organizada que nos sirvió para recordar a un hombre al que le dolía ser importante que se fue en junio a los 89 años.
