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Burgos. El pregonero que lo dejó todo para el final.

el 14 sep 2009 / 23:57 h.

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La hora de la oratoria. Mañana, en torno a las dos de la tarde, todo se habrá consumado. Será la hora de los aplausos enfervorizados al pregonero, del más que merecido elogio, del balance laudatorio y grandilocuente. Muchos cofrades saldrán por el Paseo Colón como si acabaran de asistir a la mejor faena literaria de la historia, recitando de memoria una y otra vez aquellos versos finales que pusieron en pie al teatro, paladeando la sevillanía de sus palabras o con el nudo aún en la garganta por aquel otro pasaje que hablaba de los que ya no forman en las filas de la papeleta de sitio doblada en el corazón. Será el momento de rendirse ante la magia de un maestro de la retórica. Su éxito será el comentario generalizado por la ruta de las iglesias donde aguardarán las imágenes en besamanos. Sevilla habrá gozado y vibrado con un redivivo pregón de corte buzoniano digno de enmarcarse a cincel y martillo en el Postigo del Aceite. Poco importarán a esa hora las condiciones impuestas por el escritor para su designación, sus exigencias a la hora de editar la edición impresa del pregón, sus desplantes a cuantas hermandades, tertulias e instituciones intentaron en vano insuflarle algo de cariño y aliento en estos días o las personas que ha dejado en la estacada. Todo se habrá olvidado a las dos de la tarde. Manolo Román descansará, al fin. La ciudad habrá asistido a un pregón con mayúsculas, una pieza oratoria para la posteridad amasada por una esas plumas que, necesariamente, ha de pisar las tablas del Maestranza so pena de que la historia nos juzgue por cometer el sacrílego pecado de la indiferencia con nuestos más ilustres literatos. Mañana, domingo de Pasión, a las dos de la tarde, Sevilla tendrá entre sus manos la madre de todos los pregones. Lástima que la ciudad no haya podido disfrutar de la cercanía y del contacto entrañable del pregonero.

Pan panadero. La Hermandad de Los Panaderos anda madurando el contenido de la obra social que acompañará a la coronación canónica de la Virgen de Regla, cuyo expediente, ya completado, se entregará en Palacio después de Semana Santa. La cofradía se plantea el sostenimiento económico diario del pan en los comedores y centros asistenciales de la diócesis, una obra social que entronca con su origen gremial. La idea la ha sugerido el propio delegado diocesano de Hermandades, Manuel Soria Campos, a la sazón hermano destacado de la corporación de la calle Orfila.

Receta cardenalicia a Valme de Bellavista. "Le vamos a ayudar todo lo que podamos. A veces hay hermandades que se han puesto muy deprisa en el camino y necesitaban a lo mejor de más raíces, o disponer de más personas para cargos de responsabilidad. En estas hermandades jóvenes las raíces son menos profundas y entonces los vendavales les afectan más, pero casos más difíciles han ido adelante".

A paso de mudá. Uno: Un piquete de honor compuestopor 21 agentes de la Guardia Civil con uniforme de gala acompañará al palio de Las Siete Palabras el próximo Miércoles Santo. Se retoma así una tradición perdida hace una década. Dos: Se han puesto de moda los reportajes televisivos de los traslados de imágenes en furgoneta. Tele 5 ha hecho lo propio con el traslado del Tinieblas desde el taller de Juan Manuel Miñarro hasta el Cerro. Y tres: La Virgen de San Esteban ha sido embutida 6 centímetros en la peana para evitar cualquier riesgo de roce con la gloria.

gpalas@correoandalucia.es

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