Los caballos se desbocan, no se deslocan, pero una Feria si se puede deslocar, cambiar de localización. Eso es lo que dejaban entrever anteayer las palabras del presidente de la Asociación Nacional de Criadores sobre realizar otro evento equino en Madrid, con formato distinto al SICAB y, sobre todo, cuando ayer conocíamos que su entidad, la ANCCE, había firmado con Fibes un acuerdo que asegura su permanencia en Sevilla hasta 2010. Fue entonces cuando se vio claro que esa Feria, que parecía tan sevillana como la de Abril, no lo era y que ahora pinten bastos por habernos tomado con tanta tranquilidad que se juegue al tute subastado con nuestras cartas.
Eso sucede porque hacemos gala de rumbo con nuestros signos de identidad cuando, en el fondo, los enarbolamos con complejo, no atreviéndonos a pensar que, además de ser lo que nos distingue, son economía. Los caballos de México, país invitado a la próxima edición, son de "raza azteca" aunque en América no hubiera caballos hasta que los llevó Hernán Cortés precisamente para derribar ese imperio. Pero a nosotros no nos molesta que nuestros caballos, que en inglés se llaman andalusians horses, se traduzcan libremente por españoles. En el XVI los embajadores venecianos nos llamaban cuadra, granero y bodega de España y puede que eso siga siendo el recinto de Ferias y Congresos -y más si está ampliado- en 2011.
Antonio Zoido es escritor e historiador
