Toda una organización que simulaba operaciones comerciales y emitía facturas falsas ha sido desarticulada en Alcalá de Guadaíra por la Agencia Tributaria y la Guardia Civil. Hay 15 de tenidos después de la denominada operación Dédalo.
La trama criminal desarticulada aparentaba dedicarse a la compraventa de artículos electrónicos y a la prestación de servicios. Nueve registros en Sevilla, Alicante, Almería, Cádiz y Madrid han mostrado los tentáculos de la red.
La Agencia Tributaria informó ayer que la investigación comenzó hace varios meses bajo la dirección del Juzgado de Instrucción no 2 de Alcalá de Guadaíra. Los hechos ahora descubiertos suponen un fraude fiscal tanto del IVA como del impuesto sobre sociedades de más de 5,50 millones de euros. La investigación continúa abierta con la finalidad de determinar todos los pormenores del presunto delito contra la Hacienda Pública, por lo la Agencia Tributaria no descarta nuevas detenciones.
La empresa receptora operaba en el sector electrónico y recibía facturas de una serie de entidades que constituían una estructura manejada por la misma persona física y simulaba en muchos casos el pago de dichas facturas para dar apariencia de tráfico mercantil normal. Dichas facturas no eran reflejo de operaciones reales y se expedían de común acuerdo entre los emisores y la parte receptora con una finalidad exclusivamente defraudadora.
Con estas falsas facturas, el ficticio adquirente conseguía justificar un doble beneficio fiscal. Por una lado, computaba una mayor desgravación en el IVA y, por otro, conseguía simular un conjunto de gastos que le permitía reducir los beneficios por los que tributar en el impuesto sobre sociedades.
La familia . Además, otras sociedades del grupo emitían facturas para compensar su contabilidad, y adquirían propiedades inmobiliarias para blanquear el dinero de las ganancias que obtenían. Los titulares de las empresas preparadas para defraudar estaban relacionadas por lazos personales y familiares.
