Mariano Bellver lleva años avisando de que si la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla son incapaces de aceptar la cesión gratuita de su valiosa colección de arte, formada por más de 300 piezas de pintura y escultura del XIX, se guarda en la manga la posibilidad de negociar con otras entidades que tienen sus ojos puestos en sus obras. Y aunque su prioridad siempre ha sido que las administraciones públicas fueran las que gestionasen su legado en el futuro, la complicada situación económica que atraviesan le ha obligado a comenzar a conversar con otras instituciones que podrían resolver su deseo de que sus cuadros se queden para siempre en Sevilla y sean expuestos íntegramente.
Cajasol es una de esas instituciones que discretamente se ha interesado por la colección Bellver y con la que el coleccionista ha mantenido varios contactos. La entidad financiera dispondrá en los próximos años de un gran museo en su edificio de la calle Sierpes, que albergó hasta el siglo XIX a la antigua Cárcel Real de Sevilla, justo en la confluencia con la plaza San Francisco. Más de 14.000 metros cuadrados donde está previsto situar la colección permanente de arte de la caja, además de otras muestras temporales. Un espacio suficiente para dar cabida también a las obras de Bellver.Todo esto, siempre pendiente de que en 2013 Cajasol traslade todas sus dependencias a la Torre Pelli.
Aunque el mecenas bilbaíno aún no ha visitado el edificio de la calle Sierpes, sí que ha mantenido conversaciones con varios “escalones previos” de la institución y está a la espera de concretar una reunión con el presidente de la entidad, Antonio Pulido, para conocer más detalles sobre esta posible operación, que tendría que respetar sus dos peticiones: que la caja asumiera los costes derivados de la cesión y el traslado de las piezas, y que éstas se expongan conjuntamente.
Al margen de las conversaciones con Cajasol, lo que tiene claro Bellver es que las ofertas realizadas por la Junta de Andalucía son, a su juicio, inviables. Por un lado, la Sala Santa Inés carece de espacio suficiente y no es el lugar más idóneo para albergar una colección como la suya. En cuanto al Bellas Artes, en el edificio actual no caben la totalidad de las obras, y en el Palacio de Monsalves –sede de la futura ampliación–, el espacio que la consejería le reserva también es insuficiente.
Además, la situación económica hace prever que la ampliación de la pinacoteca no cumpla con los plazos marcados por el actual ministerio, de cuatro años.En cuanto al Ayuntamiento, el anterior equipo municipal le ofreció un edificio cercano a la Catedral. Aunque el gobierno actual mantiene esta oferta, el problema sigue siendo la falta de fondos para adaptar el inmueble. De hecho, éste es el problema que se repite en las dos administraciones.
Ni la Junta ni el Consistorio pueden permitirse actualmente la inversión que necesitaría la colección Bellver.El consejero de Cultura, Paulino Plata, dijo ayer sobre el hecho de que el coleccionista mantenga conversaciones con otras instituciones que “no le parece mal”. “Respeto y aprecio a Bellver, y si este asunto lo podemos llevar a cabo de manera conjunta, perfecto, pero si encuentra otra opción mejor, la vamos a respetar”.
Plata explicó que los técnicos “siguen trabajando para ver a qué tipo de acuerdo se puede llegar a partir de las conversaciones que se han realizado”. “No hay ninguna circunstancia que nos obligue a acelerar el proceso”. Sin embargo, sí existe un delicado motivo que obligaría a todos a acelerar la cesión. Bellver tiene 84 años y siempre ha recordado que si fallece sin haber cerrado la donación, ésta podría no llevarse a cabo. Y hay que recordar que hizo su primer ofrecimiento en 1999.
