Economía

Cámara y CES integrarán sus servicios antes de final de año

El calendario no se puede demorar más para poder confeccionar sus presupuestos de 2012

el 06 ago 2011 / 19:57 h.

Antonio Galadí, presidente de la CES, y Francisco Herrero, presidente de la Cámara, en una imagen de archivo. / José Manuel cabello

Antes de que acabe 2011, la Confederación de Empresarios de Sevilla y la Cámara de Comercio deberán cerrar el acuerdo por el que integrarán sus servicios, aunque no habrá fusión plena puesto que presentan fórmulas jurídicas distintas. En ambas instituciones se trabaja con este calendario, dado que en 2012 se suprimirá la cuota que la cámara cobraba de forma obligatoria a los empresarios y autónomos -el Gobierno central ha eliminado semejante exigencia-, quedándose sin una de sus principales fuentes de ingresos.

Se estaba aguardando a que el Consejo Superior de Cámaras de Comercio determinara un marco general para esta colaboración reforzada entre las cámaras y las patronales, pero, inmerso como está en un cambio de presidencia muy reciente, todavía no ha marcado cuál ha de ser el camino a seguir. Y el tiempo corre.

Tanto que ya se ha suscrito en España el primer pacto de "complementariedad" de actividades. Se trata del rubricado por la patronal alavesa y la Cámara de Comercio de Álava, y cuyo contenido podría servir de modelo para el caso de Sevilla dado que se asemeja, y mucho, a las negociaciones que abiertas aquí desde la pasada primavera.

En concreto, se concibe un reparto de funciones, en el que cada institución se queda con lo mejor que sabe hacer. Así, a la patronal le corresponde la representación institucional, el ejercicio de las relaciones laborales -sobre todo la negociación colectiva-, el diseño de políticas económicas que presentar a las administraciones, el respaldo a la innovación y la formación continua pero orientada fundamentalmente a los directivos o puestos de responsabilidad en las empresas. A la cámara, en cambio, se le otorga la estrategia de internacionalización -salida al exterior de las compañías-, el respaldo a la creación de firmas -la ventanilla única-, el arbitraje y la mediación -tanto entre empresas como entre éstas y las diversas administraciones- y, por último, la formación continua -subvencionada- de los trabajadores, los aspirantes a cargos directivos y los emprendedores.

Para la institución cameral sevillana es clave la formación profesional, pues, además de los tradicionales cursos sujetos a las políticas activas de empleo oficiales -es decir, subvencionados por la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía-, despliega una amplia labor formativa en el campus EUSA, en cuyo accionariado participa.

Ese campus, ubicado en el entorno de Viapol y El Porvenir de la capital hispalense, oferta titulaciones universitarias y también de formación profesional con título de técnico de grado superior. Al trasladar a EUSA toda su labor de formación, la cámara solventaba, hace ahora casi dos años, el problema de su tradicional falta de espacio. En el curso 2008-09, y antes de ejecutarse esa compra -la mitad de las acciones-, por sí sola la institución había realizado 281 acciones de formación, impartidas por unos 250 profesores. Y 1.050 empresas y 2.169 alumnos depositaron su confianza en ella para formarse.

Fuentes tanto de la CES como de la cámara reconocieron a este periódico que el acuerdo para la integración de servicios habrá de rubricarse antes de finales de año, pensando en la elaboración de los presupuestos de 2012.

Pero el marco de colaboración se extenderá a todas las cámaras de la comunidad, catorce en total. Santiago Herrero, el presidente de la patronal CEA, resalta el elevado grado de entendimiento que hay con el consejo regional que las representa -presidido por Antonio Ponce- y destaca que no hay otro camino que la integración. Se trabaja con la posibilidad de recortar el número a ocho, es decir, una por provincia y una, pues, por patronal provincial.

Como las cámaras son corporaciones de derecho público, no se pueden unir a las patronales. Santiago Herrero, de hecho, considera incoherente mantener esa estructura jurídica si desaparecen las aportaciones obligatorias (las cuotas camerales). Mientras que semejante contradicción no se resuelva, no cabe más allá que unificar actividades.

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