Para los entendidos en la materia, la deseada amiga primavera entró ayer, día 21, a los 21 minutos. Y para quienes no lo son, también: no había forma humana de negar ayer la evidencia de su llegada, con los ojos llorosos del polen y la nuca húmeda de sudor. La más famosa estación del año sevillano, que invita a soltar los abrigos para sacar el pellejo al sol, invita también a realizar actividades de índole campestre, siendo conscientes que la naturaleza es muy agradecida en esto de acoger al buen tiempo.
Y para seguir con las propuestas que desde aquí se han hecho en otras ocasiones, en este gran empeño de fomentar un estado físico y mental saludable, se ofrece la posibilidad ahora de disfrutar del recién inaugurado GR 48 Sendero de Sierra Morena, un sendero de gran recorrido que atraviesa Sierra Morena desde la localidad de Barrancos, casi rozando Portugal, hasta Santa Elena, en la provincia de Jaén. Más de 500 kilómetros de caminos públicos que discurren por cuatro provincias andaluzas: Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén. La recuperación de espacios naturales como recurso turístico y ambiental y la reestructuración de viejos caminos que ya habían sido construídos por nuestros ancestros van añadiendo, conforme pasa el tiempo, nuevas formas de disfrutar de las zonas verdes andaluzas, que no son pocas ni feas.
Absurdo sería convencer del atractivo del itinerario, cuando esta cuestión resulta más que evidente: la vertebración del terreno del norte de la comunidad se hace visible en la ruta, que va enlazando caminos, parques naturales, vías pecuarias y senderos locales, para el disfrute de los amantes del paseo campestre. Excepcionales paisajes del monte mediterráneo, laderas y colinas que se engrandecen gracias a sus olivos y dehesas, consideradas, por los que saben, reserva natural de la biosfera. La provincia de Sevilla es la que más kilómetros de este sendero acoge, en concreto un total de 135, que discurren por el valle del Guadalquivir. A medida que se van completando las rutas sevillanas, se dice adiós a la provincia para saludar a los vecinos cordobeses. Cada etapa tiene inicio y final en una población, donde los caminantes pueden abastecerse, comer y pernoctar, y por qué no, aprender ya de paso la singularidad del terreno que les rodea, considerando aquí la gastronomía, la artesanía y los oficios ancestrales.
A caballo, a pie, en bicicleta o como Dios le dé a entender: el camino está señalizado, gracias a unas inteligentes varas de madera, llamadas hitos, que van marcando la accesibilidad del terreno. Si las líneas rojiblancas son paralelas, puede proseguir su andadura; atento debe estar si éstas dos se convierten en una X, ya que lleva una dirección equivocada. En caso de que éstas se giren hacia la derecha o la izquierda, se encuentra ante un cambio de dirección, asi que, si no está seguro, consulte la topoguía que desde la hora de su inscripción tendrá a su disposición.
Por lo demás, si calza unas buenas botas, un cayado que haga de pierna auxiliar (con el terreno no se juega) y además, lleva a su lado una buena compañía, poco más le hace falta. Un consejo: como este tipo de aventuras no se viven todos los días, por desgracia, no confíe sólo a su retina la responsabilidad de un buen recuerdo: añada una cámara de fotos en su lista de imprescindibles, ésa que le ayudará a registrar los ratos más emocionantes de su andadura. A ver qué le parece la siguiente propuesta de caminata, para ir abriendo boca: para el próximo viernes, 25 de marzo, se organiza una mini ruta de 4 kilómetros que recorrerá los caminos de Cazalla de la Sierra y Constantina. La salida se hará en la plaza del Chorrillo, con un refrigerio al finalizar el camino. La vuelta va a ser en autobús, claro. Si supera esta primera prueba, no hay más que pensar: seis rutas sevillanas a su disposición, y si sus piernas no le fallan, continúe con las 24 restantes para completar el GR 48 hasta su fín, en Santa Elena. Ánimo y presuma de cita: Sierra Morena lo espera.
