Antena 3 emitirá esta noche una película de acción al más puro estilo de Hollywood, "Cazadores de mentes", un thriller protagonizado por Val Kilmer y Christian Slater que plantea una misión imposible a un grupo de futuros agentes del F.B.I. que se las verán feas para sobrevivir.
El director, Renny Harlim, se estrenó en esto de la gran pantalla con "Pesadilla en Elm Street IV", lo que ya de entrada lo colocó en una posición complicada para defender su propia imagen como la de un creador de cine de autor.
Sin embargo, parece que, por otra parte, tampoco le seducía especialmente eso de convertirse en un seguidor de Ingmar Bergman, dado el resto de su filmografía: "La Jungla 2", "Deep Blue See" o "El exorcista: el comienzo".
Eso sí, para las películas entretenidas y con pocas pretensiones parece estar lo bastante dotado como para que la industria le haga encargos y además con un reparto de lujo.
"Cazadores de mentes" parte de un juego ya probado en numerosos relatos de intriga, por ejemplo "Diez negritos", de Ágatha Christie: todos están en la lista de futuros desaparecidos y deben averiguar quién de entre ellos la ha redactado antes de que los mate, cosa que va haciendo uno por uno.
Así, después de una angustiosa simulación en la escena de un homicidio, Sara (Kathryn Morris) y J.D. (Christian Slater) se unen a otros agentes para que su tutor (Val Kilmer), los conduzca a la última prueba antes de ser seleccionados para un cuerpo de élite del F.B.I.
La prueba es un fin de semana de total reclusión en una isla deshabitada, un campo de entrenamiento en el que el equipo tendrá que poner a prueba sus dotes de deducción en una contrarreloj cuyo contrincante es un asesino en serie llamado "El Marionetista".
Son trasladados en helicóptero hasta la isla, con un nuevo acompañante del Departamento de Homicidios de Philadelphia, Gabe Jenkins (L·L. Cool J), que se une a sus filas.
Allí el equipo descubre que el ejercicio no sólo pone a prueba sus habilidades para determinar perfiles psicológicos, también pondrá a prueba su instinto y voluntad de supervivencia... y no todos pasarán la criba. Porque aunque ellos no lo saben, un componente del equipo no es quien pretende ser.
