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Cazalla de la Sierra decide abrir sus fosas comunes

El Ayuntamiento aprueba por unanimidad rescatar los restos de las personas asesinadas tras la entrada de Franco en el pueblo.

el 14 jul 2010 / 15:57 h.

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El alcalde de Cazalla de la Sierra, Carmelo Conde (PSOE), y el presidente de la Asociación Andaluza de Memoria Histórica y Justicia (Amhyja), Rafael López, han firmado un convenio de colaboración para exhumar los restos de más de cien asesinados en la Sierra Norte por los militares golpistas en 1936, un proyecto en el que la Asociación colabora con sus medios humanos y materiales, a través de una subvención concedida por el Ministerio de la Presidencia.

Como explica la Diputación, el convenio estudiará conjuntamente la represión franquista y se buscará crear "una conciencia social sobre la necesidad de la memoria histórica en la zona".

La diputada de Cultura e Identidad, Guillermina Navarro, ha agradecido que este convenio esté avalado por la unanimidad de todas las fuerzas políticas del consistorio cazallero, expresada en el plenario del pasado 30 de junio, porque, como confesó, "poco a poco vamos ganando adeptos para la causa de la memoria histórica, que sólo quiere dignificar a los que sufrieron la represión y el genocidio tras el golpe franquista y que los familiares de las víctimas recuperen su autoestima, tras haber tenido que crecer bajo el estigma de ser familiar de un rojo".

Por su parte, Conde ha ratificado también esta suma de voluntades en torno a la memoria histórica y ha señalado que existe un sector de opinión "incluso en mi municipio, que considera que exhumar esta fosa es abrir la caja de Pandora porque no comprenden que la filosofía de los que somos demócratas no es abundar en el rencor, sino reivindicar la verdad, libertad y dignidad de los que perdieron la vida por la democracia y no en una guerra, sino durante la feroz represión, posterior al golpe franquista, que derrocó a un gobierno democrático, una represión que, en Cazalla, tuvo lugar entre el 12 de agosto del 36, fecha en la que fue tomado pacíficamente el pueblo, y octubre del mismo año".

El presidente de la Asociación Andaluza de Memoria Histórica y Justicia destacó la "eficacia" del Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra, "que ha protegido la fosa común de su cementerio, delimitándola e impidiendo que se construya encima o se pueda viciar el proceso de la recuperación de los restos de las víctimas de ninguna forma".

De esta forma, apuntó, "el Ayuntamiento ha comprendido que se trata de un lugar de memoria que había que proteger y así lo ha hecho" y resaltó que su objetivo ahora es la exhumación de los restos "como primer paso de un proceso de investigación más amplio, porque el victimario completo de Sevilla está aún por hacer, aunque el

Referente en estas investigaciones, José María García Márquez, ya ha señalado en el Mapa publicado que las víctimas sevillanas podrían estar en torno a las 11.000".

En el año 2004, la Amhyja recibió la propuesta del hijo del que fuera jefe de la estación de Renfe de Cazalla de la Sierra, Pedro Doctor Arruga, y de varios familiares de los antiguos miembros de la Corporación Republicana de Alanís, que en el momento del alzamiento tenía como alcalde a José García Galindo, y como teniente de alcalde a Manuel García Espínola. Los nietos del matrimonio formado por el jornalero José Campos, alias El Pepino, y Antonia González, ambos fusilados entre septiembre y octubre de 1936 en Cazalla de la Sierra, se sumaron a la propuesta.

Ya en 2009, la Asociación elevó al Ministerio de Presidencia un proyecto de intervención que, finalmente, ha cosechado una subvención de 54.000 euros al objeto de comenzar las exhumaciones. Las labores, en concreto, serán realizadas por el grupo de arqueólogas de la empresa Arq'uatro , mientras gracias al acuerdo que la organización firmará con el alcalde de Cazalla de la Sierra, el Ayuntamiento aportará una excavadora, utensilios, personal auxiliar y alojamiento para los expertos que colaboren en las excavaciones.

La fosa, según un estudio reciente con georádar, podría tener una superficie de nueve por cuatro metros y otros tantos de profundidad (unos cuatro metros). Se encuentra situada en el cementerio municipal, delante de la tapia que se conserva intacta salvo por el enfoscado y pintura recientes que han borrado los agujeros de las balas en el muro.

 

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