El presidente andaluz, José Antonio Griñán, encontró ayer el apoyo -con condiciones- de su antecesor en el cargo y hoy vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, a una de las reivindicaciones que la Junta y los socialistas andaluces están enarbolando con más firmeza frente al Gobierno de Zapatero: que las comunidades con menos deuda puedan optar a un mayor déficit en el Presupuesto de 2011.
Chaves acudió ayer a Sevilla a un encuentro de la Fundación Club Cámara 500, de la Confederación de Empresarios y la Cámara de Comercio de la capital, y repasó algunos de los temas más candentes de la política nacional y, por supuesto, andaluza. Hubo lleno pero con ausencias destacadas, sobre todo por parte del Gobierno andaluz, que sólo contó con un consejero, el de Empleo (séptimo en el organigrama).
El ministro de Política Territorial se pronunció por vez primera sobre la petición de la Junta de que las comunidades con menor deuda por habitante, como es el caso de Andalucía, puedan optar a un mayor endeudamiento en 2011. "Sabía que de esta pregunta no me escapaba", bromeó. Sobre la propuesta de Griñán defendió que "tiene su lógica económica" y dijo entenderla "perfectamente". Expuso las diferencias entre las deudas por habitante de Madrid o Valencia, frente a Andalucía. "Por no hablar de la deuda del Ayuntamiento de Madrid que supera a la de 13 comunidades", señaló siempre haciendo referencia a feudos del PP. Chaves admitió "dificultades técnicas" en arbitrar un trato diferenciado entre las 17 comunidades. No obstante, dejó una puerta entreabierta: "Creo que hay que seguir el diálogo con el Gobierno y si a lo largo de 2011 el margen se amplía es razonable tenerlo en cuenta". El déficit máximo de las comunidades está fijado en el 1,3% del PIB.
Después de que el Gobierno rectificara su política para los ayuntamientos y haya anunciado que permitirá acudir al crédito a aquellos consistorios cuya deuda no supere un 75% de sus ingresos, Griñán redobló su ofensiva para que las condiciones se flexibilizaran también en el caso de las comunidades con menor deuda. Su solicitud topó con el portazo del Ejecutivo de Zapatero. "Que más quisieramos, pero las cosas son como son", cortó en seco la vicepresidenta Fernández de la Vega. Griñán, lejos de amilanarse, rearmó su discurso y el del PSOE-A. Ayer Chaves le entreabrió una apuerta.
El ex presidente andaluz se mostró radicalmente en contra de que los ayuntamientos puedan saldar parte de su deuda con el Estado en suelo. "Llevando la polémica al absurdo, ¿se imaginan que el Estado también pagara sus transferencias a los ayuntamientos en suelo?". Y negó que este asunto tenga que ver con la deuda histórica que Andalucía sí admitió cobrar en solares, porque en el primer caso una ley orgánica fija las reglas del juego. Acerca de un posible revés del Tribunal Constitucional al traspaso del Guadalquivir, el ex presidente pidió que se orillen las especulaciones. "Lo más prudente es esperar", dijo, aunque confió en que el fallo avale el Estatuto.
Chaves fue exquisito hacia Griñán en su discurso. Se negó a darle consejo ante una batalla política dura como la que se avecina en las municipales. "Él sabe de economía muchísimo más que yo", "no le doy ningún consejo porque no los necesita, en todo caso él a mí", "las crisis que yo sufrí fueron una broma al lado de ésta" o "Griñán está ejerciendo magníficamente sus responsabilidades", alabó a su sucesor para acallar "cierta rumorología". Hasta sobre las tensiones entre el Gobierno andaluz y el de Zapatero medió. "Nada nuevo bajo el sol. Yo también tuve conflictos con Felipe, y con Zapatero".
