La Audiencia de Sevilla juzga a partir de mañana a dos hombres y una mujer, que se enfrentan a penas de 21 años y 5 meses de cárcel por matar de un tiro en la cabeza al dueño del bar "Los Camioneros" de la barriada de Bellavista, tras intentar robarle cuando cerraba su establecimiento.
En el juicio que celebrará la Sección Cuarta de la Audiencia entre mañana y el jueves, la acusación particular que ejerce la familia de la víctima solicitará, por su parte, 27 años de cárcel para cada acusado.
El escrito de acusación del fiscal, al que ha tenido acceso Efe, dice que los tres procesados tenían la intención de "apoderarse de todo lo que encontrasen de valor", para lo cual la acusada A.M.R.Y. se dirigió en la noche del 27 de noviembre de 2005 al bar para "vigilar los movimientos del propietario", mientras sus cómplices esperaban en una calle próxima.
Hacia la 1.30 horas de la madrugada, cuando se fueron todos los clientes y el propietario A.S.M. se disponía a cerrar, la mujer salió del bar y avisó a sus cómplices M.R.Y. y D.B.F., el primero de ellos hermano de la acusada.
Entonces se aproximaron al hostelero, el procesado D.B.F. le apuntó a la cabeza con una escopeta de cañones recortados y le exigió la entrega de dinero, tras lo cual efectuó un disparo a quemarropa a la cara que le provocó la muerte al instante, afirma la Fiscalía.
El fiscal pide para cada uno de los tres acusados 15 años de cárcel por homicidio, tres años y 5 meses por un presunto delito de robo con intimidación y otros tres años por tenencia ilícita de armas.
Pese a tratarse de un presunto delito de homicidio, competencia de los jurados populares, el caso será enjuiciado por un tribunal profesional al existir otro delito conexo de tenencia ilícita de armas, han explicado a Efe fuentes judiciales.
La víctima tenía 55 años, estaba casado y tenía dos hijos, por lo que la Fiscalía solicita, junto a los 21 años y 5 meses de cárcel, el pago de una indemnización de 125.000 euros a la viuda y 10.350 euros a cada uno de sus hijos.
Los tres acusados, que permanecen en prisión incondicional sin fianza, huyeron del lugar sin conseguir dinero y no fueron detenidos hasta varios meses después, gracias a la declaración de un testigo protegido.
Esta persona declarará en el juicio por videoconferencia y "adoptándose todas las medidas necesarias para preservar su identidad", según solicita expresamente el fiscal en su escrito de calificación.
