"A ti te dejan el mismo médico, porque el mío se va al Porvenir". "Yo sigo con el mismo, es que si además de cambiarme el sitio me cambian de médico entonces la formo, y porque me mandan a María Auxiliadora, que si tengo que ir al de Carretera Carmona les digo que me paguen un taxi". Isabel y Herminia son dos de las 17.000 usuarias del centro de salud de Gonzalo Bilbao que, a partir de hoy, cambiarán su consulta al ambulatorio Esperanza Macarena, en María Auxiliadora. La mayoría conservarán a su mismo médico, ya que según explicó el director del centro, José María Orta, todo el personal (diez médicos, nueve enfermeras, tres auxiliares y seis trabajadores de atención al ciudadano) será trasladado "con su cupo de pacientes" al centro de María Auxiliadora. A excepción de él mismo, el médico de Isabel, que pasará al ambulatorio del Porvenir, y los tres pediatras, ya que las consultas de Pediatría y el servicio de vacunación infantil se presta ya desde hace tres días en el centro de salud de la Ronda Histórica. De ahí que sean los usuarios con hijos menores (hay unos 2.800 niños adscritos al ambulatorio de Gonzalo Bilbao) los más críticos con el cierre, pues les supone tener su propio médico en un centro y el de sus hijos en otro, éste sí, más alejado de la zona.
El cierre del ambulatorio de Gonzalo Bilbao forma parte de un plan de eficiencia con el que Salud pretende ahorrar 600.000 euros el próximo año en alquiler de edificios y que incluye también el cierre del centro de atención continuada de Triana, que prestaba un servicio de urgencias, trasladado ahora al centro del Cachorro.
"No me afecta mucho y comprendo que si es porque hay que ahorrar pues me parece estupendo, si me hubieran mandado a otro más lejos... pero está también muy cerca", explicaba una paciente del doctor Orta, que acudió a conocer el nombre de su nuevo médico porque solo a sus pacientes han mandado una carta alertando del cambio. Al resto, varios carteles y sus propios médicos les han ido informando del cambio de ubicación, si bien mantienen a su médico de cabecera. José Luis, sin embargo, se muestra más crítico. "Personalmente me da igual porque vivo a la misma distancia de uno y otro pero me parece mal todo lo que sea cerrar centros médicos y estoy de acuerdo con ahorrar pero no para que se lo queden ellos, que estoy harto de que roben. Vengo de que me suspendan por segunda vez una operación de codo en San Lázaro por la huelga de los MIR, y que conste que estoy de acuerdo con el paro".
Ayer fue un día normal en el centro de Gonzalo Bilbao. No hubo más ni menos pacientes que cualquier otro. Eso sí, a las 13.30 horas, los trabajadores del ambulatorio Esperanza Macarena acudieron para celebrar una reunión de coordinación con sus nuevos compañeros. El centro de salud de María Auxiliadora duplicará así su población de asistencia, otros 17.000 pacientes, además de las consultas de especialistas de la zona. "Ya todo nos parece bien, lo que nos digan, después de que nos hayan quitado la paga extra...", decían resignados algunos de estos trabajadores al entrar a la reunión. Los de Gonzalo Bilbao tampoco se quejaban especialmente, dada la proximidad de su nuevo centro de trabajo. Muchos llevaban en este centro desde que en 2002 se trasladó de la calle Amador de los Ríos al edificio actual.
