Difícil situación la que les ha tocado vivir. Ya tienen la mayoría de edad para poder expresar su opinión en las urnas, pero se sienten "ignorados completamente" por los políticos. Tienen el poder de elegir por quien quieren ser gobernados en su comunidad autónoma, pero no pueden decidir las medidas a tomar para sacar a de la crisis en la que está sumergida, Andalucía en concreto, y el país en general. Son los nuevos votantes, jóvenes que por primera vez se dirigirán el próximo 25 de marzo a un colegio electoral para depositar su voto y elegir al próximo presidente de la Junta de Andalucía. En total, 368.103 andaluces, lo que supone el 5,75% de los 6.404.623 electores convocados a las urnas en la comunidad, según datos oficiales de la Oficina del Censo Electoral. Pero están desencantados con lo que hasta ahora se ha hecho por ellos y su entorno, y tampoco esperan mejoras en un futuro próximo.
No obstante, la mayoría asegura que irá a votar y todos coinciden en hacerlo "es la única forma de expresar su opinión", ya que si no lo hacen, "luego no sería coherente quejarse o protestar si no se está de acuerdo con alguna medida llevada a cabo". El perfil es el de un estudiante andaluz entre los 18 y los 20 años, que viven en casa de sus padres y se sienten desencantados con la política, muchos apartados de ella y sin conocer bien la situación actual, y otros demasiado informados e involucrados, intentando cambiar el sistema desde dentro. Se trata de una de las generaciones mejor formadas de Andalucía, pero que soporta la mayor tasa de paro hasta el momento. Prueba de ello es que el 55% de los jóvenes andaluces están sin trabajo actualmente según las cifras de parados registrados en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (INEM) en Andalucía del mes de febrero, cuando el número aumentó en 36.404 personas, lo que supone un incremento del 3,61% respecto al mes anterior, con lo que se alcanza los 1.044.606 desempleados en Andalucía.
LAS CRÍTICAS
Las pocas posibilidades de trabajar que tienen son a través de ofertas de empleo que consideran "indignantes y abusivas", con salarios que no llegan ni al mínimo de 633 euros al mes, por lo que tienen puestas sus miras en buscar trabajo fuera de España. "Como quieren que seamos el futuro de España si no nos dan la oportunidad de demostrar lo que valemos y todo lo bien formados que estamos en un puesto de trabajo que nos haga evolucionar. Cuando acabamos la carrera tenemos que trabajar de camareros o vendedores, que es un trabajo muy digno pero no para el que hemos estudiado, y así nunca podremos contribuir a la mejora de este país y de la situación que vive", manifestaba un estudiante de Derecho en la entrada de la facultad de la Universidad de Málaga.
Sus opiniones no tienen cabida en los debates políticos que se realizan durante la campaña, en busca de convencer al votante de quien es la mejor opción. Y así lo indican. "No nos tienen en cuenta, ni creemos que realmente se preocupen de apostar por los jóvenes que nos estamos formando, porque cuando acabamos la carrera no tenemos una oferta de trabajo digna, o al menos una oferta, y encima reforman el sistema de oposiciones, una de las salidas más elegidas por los licenciados y diplomados, para que aún sea más difícil obtener una plaza", criticaba otra estudiante de magisterio.
Aunque claro está, las formaciones políticas de jóvenes en los partidos no lo ven de la misma forma. En el caso de los integrantes de Nuevas Generaciones del PP de Andalucía, se sienten los protagonistas "del cambio andaluz", ya que tanto el secretario general del PP-A, Antonio Sanz, como el candidato popular a la presidencia de la Junta de Andalucía, Javier Arenas, han insistido hasta el momento en que "los jóvenes andaluces deben protagonizar el cambio en Andalucía para acabar con la política de paro y emigración que ofrece el PSOE a la juventud". Otra visión es la de Juventudes socialistas de Andalucía, que presentaron la plataforma "¿Y tú qué opinas" con vistas a la confección del programa socialista joven que llevará su candidato a la Junta de Andalucía, Jose Antonio Griñán, y con la intención de que "los jóvenes andaluces aporten algo nuevo frente a los mercados y frente al modelo de Arenas y Rajoy para Andalucía, que es el del recorte".
Pero los nuevos votantes insisten en que "nada de esto termina de ser cierto". Por un lado, recriminan la poca claridad de las propuestas para los jóvenes andaluces, ya que consideran que "se difuminan los proyectos, eliminando las aristas más conflictivas", y los votantes necesitan saber la verdad de las propuestas cercanas a sus intereses, porque si el mensaje final que llega al electorado es indefinido pierde la capacidad motivadora y genera indiferencia. Por otro, lamentan que una vez en el poder, "los que gobiernan no cumplen sus promesas y se olvidan de aquello que vendieron para ser votados".
Estas conclusiones muestran incluso un malestar democrático significativo. Según un estudio de opinión realizado por estudiantes del último curso de Ciencias Políticas y de la conjunta de Derecho y Ciencias Políticas de la universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, y coordinado por el catedrático y director Francisco Llera, un 76% de los jóvenes andaluces dicen estar insatisfechos con el funcionamiento de la democracia, frente al 57% del pasado año. Según este estudio, basado en entrevistas aleatorias a 501 estudiantes de todas las titulaciones de la UPO, solo algo más de un tercio del alumnado (un 38%) dice identificarse, con mayor o menor intensidad, con algún partido político. En este ámbito, es el PP es el que más identificación concita, con un 33 %, seguido por el PSOE, con un 31%. Sea cual fuera su preferencia política, un 83% de los estudiantes afirman haber votado en las elecciones generales. Además, casi dos de cada tres tenían decidido su voto antes del inicio de la campaña electoral, y del 35% que se decidió durante la campaña, la mitad lo hizo en la recta final.
Estas últimas cifras demuestran la importancia de la campaña política, que justo está en el pistoletazo de salida. Pero a estos nuevos votantes poco les importa que Javier Arenas vaya a recorrerse 5.000 kilómetros durante la campaña; o que Griñán esté arropado por el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el cierre de la misma; o que el coordinador federal de IU, Cayo Lara, considere a su formación como "el cambio alternativo por la izquierda" y "la que va a levantar las alfombras" tras las elecciones en Andalucía. Lo que realmente les importa es formar parte de un futuro mejor. Quieren soluciones, y las quieren ya.
