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Condena de 34 años al etarra que mandó matar al doctor Cariñanos

La Audiencia Nacional condena a Olarra Guridi como responsable del asesinato

el 07 abr 2010 / 20:41 h.

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El etarra Olarra Guridi

La Sección Tercera de Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó ayer a 34 años de prisión al ex jefe militar de ETA Juan Antonio Olarra Guridi, alias Jon y Ostagi, por el asesinato en el año 2000 del coronel médico del Ejército del Aire Antonio Muñoz Cariñanos.


El tribunal que preside el magistrado Alfonso Guevara condenó a Olarra Guridi a 28 años de prisión al considerarle autor responsable de un delito de asesinato; a tres por el delito de tenencia ilícita de armas y a otros tres y multa de 40 euros al día durante 12 meses por falsificación de documentos oficiales.


Asimismo, le prohíbe volver a Sevilla o al lugar en el que residan los cuatro hijos y la pareja de hecho del coronel durante cinco años y le obliga a pagar, junto a los otros dos etarras condenados por este asesinato –Jon Igor Solana Matarránz y Harriet Iragui Gurruchaga– una indemnización de 901.518 euros a los cuatro hijos. La sentencia hecha pública ayer mantiene lo dictado anteriormente respecto a la suma de 200.000 euros que se detrae a favor de la que fuera pareja del coronel.


El tribunal considera probado Olarra Guridi formaba parte del aparato militar de ETA, con funciones de responsabilidad en la dirección de los comandos, entre ellos el Erraia, que formaban Solana e Iragui y que operó en Andalucía en el año en el que se asesinó a Muñoz Cariñanos.


El tribunal también considera probado que Olarra Guridi propuso en 1999 a los dos anteriores integrarse en un talde para operar en Andalucía, tras lo cual “recibieron un cursillo sobre armamento, manejo de explosivos y robo de vehículos”.
Posteriormente, a primeros de julio de 1999, Solana e Iragui entraron en España para “realizar una campaña durante el curso de ese año” recorriendo ciudades andaluzas para recabar información.


Al perder el contacto con ETA, en marzo de 2000, el comando regresó a Francia, donde se reunieron con Olarra Guridi, quien les propuso regresar a España para atentar contra personas de las que ya habían reunido datos, de forma que, entre otros, “se concreta” el asesinato del médico, facilitándoles para ello su fotografía y el lugar de su consulta.
 El ex jefe militar dio entonces a Solana e Iragui mochilas con soportes para fabricar matrículas falsas, pistolas, documentación falsa y diverso material para robar coches así como más de un millón de pesetas (6.000 euros).


Así, el 16 de octubre de 2000 Solana e Iragui consiguieron entrar en el despacho del coronel médico y le dispararon varias veces, lo que le produce la muerte “instantánea”. Tras matar a Muñoz Cariñanos, ambos terroristas huyeron. Tras un intercambio de disparos, consiguieron detener a Solana. Al día siguiente, los agentes policiales capturaron a Iragui.


“influencia”. La Audiencia considera que la autoría de Olarra Guridi en el asesinato del militar es “por influencia decisiva” y ve “inverosímil” que Solana negara durante la celebración del juicio que Olarra era el instigador de la acción principal y las coordinadas para el éxito de la acción, cuando antes, en su declaración policial, sí había implicado a éste como autor intelectual.


La sentencia aprecia inducción, instigación y autoría moral e intelectual en la conducta del etarra, que, bajo el manto de una organización jerarquizada y sometida al control de unos pocos sobre la mayoría, comete el delito dando instrucciones precisas para truncar el derecho a la vida. El acto “infortunadamente se materializó”, lo que dicta la conducta de Olarra Guridi “de las voluntades criminales abstractas”.

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