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Condenado a diez años de cárcel por violar a su hija discapacitada durante cuatro años

El condenado instaba a su hija, de 20 años y con una discapacidad del 69 por ciento, a no contar nada a la familia "porque si lo contaba lo iban a meter preso".

el 06 sep 2014 / 12:34 h.

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La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a diez años de  cárcel a un ciudadano boliviano por violar en varias ocasiones a su  hija, de 20 años y con una discapacidad del 69 por ciento, y a la  cual instaba a no contar nada a la familia "porque si lo contaba lo  iban a meter preso". La Sección Primera de la Audiencia, en una sentencia a la que ha  tenido acceso Europa Press, condena a Juan Carlos A.B. a diez años de  prisión y al pago de una indemnización de 30.000 euros por un delito  continuado de abuso sexual, así como a la prohibición de acercarse a  menos de 500 metros de su hija durante once años. El tribunal considera probado que el procesado, en fechas no  concretadas pero comprendidas entre los años 2009 y 2012, "guiado por  un ánimo libidinoso y aprovechando la debilidad" de su hija, le  realizó "de forma indiscriminada" tocamientos "reiterados" tanto en  los senos como en los genitales, llegando a penetrarla en varias de  esas ocasiones vaginalmente. Estos episodios se produjeron en el domicilio familiar y, cuando  el matrimonio se separó, pasaron a tener lugar también en la vivienda  del acusado, dice la Audiencia, que asegura que la víctima está  diagnosticada de retraso mental de leve a moderado, con crisis  convulsivas generalizadas por sufrimiento perinatal, lo que provoca  "cierta" afectación de la memoria en cuanto a fijar fechas pasadas,  pero no en cuanto al relato de hechos. EL TESTIMONIO DE LA VICTIMA, "SINCERO Y CREIBLE". La Audiencia considera que el testimonio prestado por la joven "ha  sido claro, lógico, preciso, coherente, y persistente y lineal a lo  largo del proceso, y lo valoramos sin obviar su discapacidad y su  afectación de la memoria en cuanto a fijar fechas pasadas", y a ello  se suma que el testimonio es "sincero y creíble". "No hemos  encontrado causa alguna por la que la víctima pudiera haber prestado  contra su padre un testimonio de la trascendencia y gravedad del que  hemos oído en el juicio", asevera. De este modo, la joven "ha relatado lo sucedido entre su padre y  ella de modo preciso, no ha eludido ninguna pregunta y su relato ha  sido detallado en cuanto a los actos de contenido sexual a los que  era sometida por su padre, narrando que en ocasiones su padre usaba  preservativos y en ocasiones no y que estos hechos habían pasado  muchas veces". Además, la madre de la menor corroboró que esta le contó que "su  padre le tocaba y que la penetraba cada vez que tenía contacto de  contenido sexual con ella, y que no lo había contado porque su padre  le había dicho que si lo contaba él iría preso", a lo que se suman  las periciales del servicio de Psiquiatría Forense del Instituto de  Medicina Legal, que pusieron de manifiesto la huella psicológica por  la situación vivida por la víctima. EL ACUSADO NEGO LOS HECHOS. Frente a ello, el acusado negó los hechos e incluso que llevara a  su hija a su vivienda tras su separación matrimonial, y si bien  admitió que acudía a casa de su exesposa tras dicha separación,  afirmó que iba temprano para llevar a su hijo al colegio y que  "nunca" permaneció a solas en la casa familiar con la joven. La Audiencia condena al acusado a diez años de cárcel y al pago de  una indemnización de 30.000 euros "atendiendo a la gravedad de los  hechos y a la duración de los mismos, la importancia de la repulsa  social que generalmente merecen y las condiciones personales de la  víctima, y en concreto su discapacidad".

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