Si va a alquilar un apartamento este verano, o ya lo ha hecho, lea estas recomendaciones, para que nada le arruine sus vacaciones con sopresas desagradables.
Contrato por escrito. El primer y básico consejo que lanza Rocío Algeciras, del gabinete jurídico de Facua, es que haya un contrato por escrito en el que se recojan los derechos y deberes de ambas partes (el inquilino y el propietario) y las características que posee el apartamento. Se trata de contratos entre particulares, y depende del dueño declarar o no los ingresos en el IRPF (y si no lo hace, se estaría cometiendo un fraude fiscal).
Fisonomía y fechas. El contrato, a ser posible, que establezca la composición del piso (habitaciones e inventario), las fechas de entrada y salida del inquilino, si hay fianza y en qué condiciones se devuelve y en cuáles, no, así como quién corre a cargo de los gastos de limpieza final. Se trata, como explica Rocío Algeciras, de tranquilizar tanto al inquilino como al dueño.
u Visita a la vivienda. No siempre es posible una visita previa al apartamento, sobre todo porque la mayoría de los alquileres se realiza a través de inmobiliarias o internet, donde el interesado se ha de conformar con imágenes, que puede que no reflejen su actual estado (desperfectos, menor número de habitaciones, etc).
Las mayores quejas. El principal motivo de queja en los alquileres de apartamentos veraniegos corresponde a que las características de éste no coinciden con lo pactado. "Nos hemos encontrado con casos en los que tuvimos que acudir a denunciar ante las autoridades sanitarias debido al estado en el que se encontraba el cuarto de baño", relatan desde la organización andaluza de consumidores Facua.
Y cuidado con... Los intermediarios en las operaciones de alquiler (inmobiliarias, portales de internet) cobran comisión por prestar sus servicios. Por ello, Facua aconseja leer bien la letra pequeña, la de las comisiones, para evitar sorpresas a la hora de pagar.
