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Cristianos de Irak: el holocausto olvidado

«Las imágenes de tortura a cristianos llevadas a cabo por las milicias del Estado Islámico hace pensar que la historia se repite y que la ‘bestia del mal’, de la que habla el ‘Apocalipsis’, no es ficticia ni imaginaria»

el 24 ago 2014 / 12:00 h.

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Un grupo de cristianos que han huido de Mosul recibe ayuda humanitaria en Qaraqosh (Irak). / EFE Un grupo de cristianos que han huido de Mosul recibe ayuda humanitaria en Qaraqosh (Irak). / EFE Por María José Atienza Las imágenes de decapitaciones, crucifixiones y torturas a cristianos y otras minorías religiosas llevadas a cabo por las milicias del autoproclamado Estado Islámico son portada en las últimas semanas. Sin embargo, la represión de los cristianos en Irak ha sido una constante, especialmente en la última década. Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid que se celebró en 2011, algunas diócesis andaluzas como Sevilla, Cádiz o Córdoba fueron lugares de acogida de los pequeños grupos de cristianos llegados de naciones como Líbano, Siria o Irak. Durante esos días, en la vigilia eucarística que la Diócesis de Córdoba organizó en las instalaciones deportivas de El Fontanar con motivo de la JMJ un sacerdote iraquí Al-Beno Firas (Behnam Benoka), sacerdote sirio-católico de la Diócesis de Mosul, compartió con los asistentes un impresionante testimonio de la situación de las comunidades cristianas en Irak. Unas palabras que hoy cobran plena actualidad en un contexto de abierta persecución religiosa por parte de los yihadistas del Estado Islámicos en Siria o Irak. El Holocausto olvidado. «Estudiando Teología, me dijeron que el Libro del Apocalipsis trataba sobre la situación de los primeros cristianos durante las primeras persecuciones. Bajo mi punto de vista, este libro no sólo revela la situación de los cristianos hace 2.000 años, sino que también lo hace con los cristianos de todos los tiempos. Y ahora parece que la historia se repite y que la bestia del mal, de la que habla el Apocalipsis, no es ficticia ni imaginaria. En el libro aparece que el número de justos asesinados no era suficiente y que habrían de morir aún muchos más. Estos cristianos justos de Irak escriben sus testimonios con palabras, con obras, pero, sobre todo, con la tinta de su sangre. Sin derechos fundamentales. Para daros una idea precisa de la actual situación de los cristianos iraquíes de un modo extraordinario, y revelar así la verdad exacta con la que vivimos a diario, utilizaré las palabras del misionero salesiano de Italia, Pier Giorgio Giannazza, que ha visitado Irak varias veces. Él dice que los cristianos de Irak son los más débiles de los débiles y los más vulnerables. Cristo nos enseña a perdonar, a amar a nuestros enemigos, a no utilizar la venganza como medida, a no usar terrorismo. Y nuestros enemigos aprovechan para sacar partido de esta debilidad de los cristianos para imponernos cualquier clase de abuso y violencia. Entran sin dificultad en nuestras casas cristianas y nos exigen el pago de un impuesto (Gizya) por ser infieles (Kuffar) y protegidos (Dhimmi) para el recién proclamado Estado Islámico de Irak. Imponen el uso del velo a las mujeres y las obligan a usar ropa islámica, bajo pena de desfigurarlas o quemarlas. Como multa, ellos piden sin tapujos una o más hijas como esposas. Raptan a nuestros hijos y exigen el pago de enormes sumas de dinero como rescate. Nos amenazan con quemar nuestras casas si no las abandonamos. Y así nos ponen entre la espada y la pared: o te haces musulmán o tú y tu familia os tenéis que ir de aquí. Frecuentemente, ni siquiera te dan tiempo para que puedas recoger tus documentos, tus ahorros o lo mínimo necesario para vivir. Vas a Misa y, al volver, no sabes si te encontrarás tu casa ocupada. Terminas la celebración de la Santa Misa el domingo con el podéis ir en paz, sales de la iglesia y eres abatido despiadadamente por las armas de fanáticos extremistas. Estos son algunos de los hechos que dan fe de esta masacre: el más reciente tuvo lugar el pasado octubre, cuando los terroristas islámicos masacraron a decenas de fieles y a dos sacerdotes durante la celebración de la Misa dominical. Mártires del siglo XXI. Hay ejemplos más recientes de esto, como es el caso de lo ocurrido al pobre Rvdo. Raghid Ganni. El joven sacerdote fue acribillado a balazos y abatido en Mosul, junto con tres sub-diáconos. Pero, ¿por qué pobre? Los cristianos de Irak no dudaron en llamarle mártir de Cristo. Y el mismo título recibieron los sacerdotes Poulos Iskandar y Yousuf Abbudi; el primero fue salvajemente decapitado, y sus manos cortadas a hachazos solo dos días después de su secuestro, mientras que el segundo fue abatido a tiros en frente de su casa. Lo mismo podemos decir de un miembro de la comunidad protestante asesinado en Mosul. Después de estos casos, también el Arzobispo de Mosul, Mons. Faraj Rahho, fue secuestrado y brutalmente asesinado, otros 10 sacerdotes y obispos han sido secuestrados, maltratados o liberados después de haber pagado un rescate de cientos de miles de dólares. (Monseñor Paulos Faraj Rahho fue asesinado el 12 de marzo de 2008) cristiano-02Junto con ellos, muchos fieles cristianos han sido secuestrados o asesinados. En el período posterior a la guerra de 2003, los cristianos iraquíes se han convertido en víctimas frecuentes de discriminación y violencia, con actos que van desde la intimidación al asesinato. Todo porque son más indefensos que el resto de comunidades, al no tener una fuerza política exterior o interior que salga en su defensa. La persecución no solo se lleva a cabo con acciones fuertes, también hay muchos casos en el trabajo o en la administración pública en los que los cristianos son considerados ciudadanos de segunda clase. Por ejemplo, para obtener un documento, se emplean muchos más plazos que los que se tomarían con un musulmán. Podemos añadir a esto algunos temas emergentes. El más peligroso es el asunto de la confiscación de tierras en las ciudades y pueblos cristianos de la llanura de Nínive para cambiar la demografía de la llanura cristiana y exterminar a los cristianos. Aturden a los cristianos insertando a musulmanes problemáticos en dichas ciudades y pueblos cristianos, construyendo también bloques enteros para musulmanes y mezquitas y minaretes. Impiden a los cristianos continuar con sus estudios universitarios o su trabajo bajo amenazas de muerte. Después de esto, me atrevo a decir que los cristianos iraquíes forman parte de los nuevos mártires de la Iglesia universal (junto con los cristianos de India, Pakistán, Palestina, Egipto y Sudán). Hoy, aunque morimos en cuerpo a causa de nuestra fe, estamos vivos gracias a esa misma fe. La iglesia de Irak ha sido conocida desde el comienzo como una iglesia de mártires, y somos los hijos de aquellos que lavaron sus ropas en la sangre purificadora de Cristo, el Hijo de Dios. Vemos que el maligno sigue vivo, audaz y fuerte, y que el número de justos asesinados está creciendo. Pero, ¿cuánto tiempo más, Dios mío, deberemos esperar? Sálvanos porque estamos cansados y no podemos continuar por mucho más tiempo».

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