Local

Cuando Europa ‘conquista’ el espacio por el precio de una entrada de cine

Javier Ventura ensalza la rentabilidad de la labor de la Agencia Espacial Europea. “Cada euro que se invierte se multiplica por cuatro”, indica el portavoz comunitario.

el 26 abr 2013 / 21:50 h.

TAGS:

Con la que está cayendo en la Tierra, hay quien se pregunta si realmente le merece la pena a la Unión Europea gastarse millones y millones en la mal llamada conquista del espacio. Para desterrar estos mitos tan terrenales, cuya visión se limita a que los científicos se centran en quimeras imposibles –o casi– como explorar el universo o buscar vida inteligente en otros planetas, acudió el jueves al foro Hablemos de Europa, organizado por El Correo de Andalucía y patrocinado por BBVA, el portavoz de la Agencia Espacial Europea, Javier Ventura. No sólo reivindicó los beneficios que, en la práctica, tiene en la vida diaria cuestiones tan básicas como la observación de la Tierra o la colocación de satélites en órbita, sino que defendió que el espacio, lejos de lo que se crea, es rentable e incluso un motor de la economía. El portavoz de la Agencia Espacial Europea, Javier Ventura, durante su intervención en el foro Hablemos de Europa. Ventura interviene en el foro Hablemos de Europa. Las cifras aportadas en el foro fueron encaminadas hacia esa dirección. La Agencia Espacial Europea recibirá 4.000 millones de euros en 2013, una cantidad relevante, si bien Ventura puntualizó que no supone mucho a los bolsillos de los europeos. “Si lo dividimos por la población de la UE, saldría a 10 euros por ciudadano, es decir, todo el programa espacial le costaría a cada uno lo mismo que una entrada de cine”, manifestó, recordando que tal cuantía, la de 4.000 millones, equivaldría a 300 kilómetros de vías del tren de Alta Velocidad. Para Ventura, no es dinero, ya que ubica al sector espacial como de los más rentables del mercado. Y lo hace partiendo de una ecuación que cuadra año tras año: por cada euro invertido en el espacio se multiplica matemáticamente por cuatro. E incluso cuando es la industria la que utiliza el espacio para idear herramientas para los ciudadanos, puede multiplicarse hasta por 20. Por ese motivo, lamentó que un país como España, que es miembro activo de la Agencia Espacial Europea desde el año de su fundación (1975), haya decidido recortar en esta ocasión su parte de inversión que hasta la fecha se situaba en torno a los 200 millones de euros anuales. “Si pone menos, ganará menos, por supuesto”, remarcó Ventura, que señala que, por el momento, se trata de una medida “extraordinaria” generada por la crisis y que espera que no tenga mucha afección al sector empresarial español. De ese montante depende el porvenir de 20 empresas. Si el recorte se mantuviera más de dos años, pondría a estas entidades –y a su personal– en cierto peligro. No faltó en su intervención, celebrada en el hotel Meliá Colón de la capital, una pizca de autocrítica. La Agencia Espacial Europea tal vez no ha sabido trasladar el mensaje con las ventajas de invertir en el espacio. Ventura lanzó una pregunta al aire para arrojar luz al respecto. “¿Qué pasaría si apagáramos el espacio, coincidiendo, por ejemplo, con el Mundial de fútbol?”. No hubo respuesta, aunque era obvia. Como señaló de forma didáctica, de los satélites dependen cientos de programas y canales de televisión. Y no sólo eso. El 15% de los europeos goza de internet gracias a esta tecnología, que es clave en la utilización del GPS o para previsiones meteorológicas, que alertan de una tormenta, un tornado o un seísmo. El representante de la Agencia Espacial Europea insistió en las dosis de prestigio que otorga este mundillo. Lo que hoy se denominaría marca España o marca Europa. Ventura desgranó varios de los hitos de su departamento, que son, a su juicio, “una tarjeta de presentación bastante aceptable”: han lanzado al espacio 70 satélites operacionales, cuentan con seis lanzaderas y “un programa científico que es la joya de la corona”, además de contribuir al desarrollo de una industria en telecomunicaciones que abarca el 30% del mercado mundial”. Pero la mayor dosis de prestigio viene de “hazañas” que no son como las emprendidas por los programas Apolo, pero que copan la atención de medio mundo. Es el caso de la sonda que aterrizó en Titán, convirtiéndose “en el objeto que más lejos se posó en un objeto celeste” o el satélite Planck, que mostró la fotografía más nítida del universo primitivo. Y eso sin mencionar el sistema de navegación Galileo. El próximo reto llegará en 2014, cuando el satélite Rosetta se pose, por primera vez en la historia, sobre un cometa.

  • 1